Bully = Acoso escolar
En una de sus camisetas se lee “cambiaría hermana por juego de video”. Si tendría la oportunidad quizá lo haría, ya que la situación de Alex, lejos de ser jocosa es muy grave y su hermana la hace más difícil.
Alex nació prematuro, los médicos le daban 24 horas de vida, pero —como dice su madre— ahora tiene 13 años, lo que significa que lo superó. Lamentablemente su único problema no fue ese. En su escuela Alex es víctima de bullying. En el bus escolar, medio de transporte que se convierte en una especie de cámara de tortura para Alex, él es víctima de golpes, amenazas de muerte y puñaladas con lápices.
El anterior es solo uno de los varios casos que muestra Lee Hirsch (quien se dio a conocer en 2002 con la cinta: Amandla!: A Revolution in Four-Part Harmony) en su documental Bully (2011). Distribuido por The Weinstein Company, quienes se hicieron con la película luego de su estreno en el Festival de Tribeca en Nueva York.
Para realizar este documental, Hirsch tuvo como inspiración su propia experiencia como víctima del bullying cuando era niño. “Yo quiero dar una voz a los niños y familias que se enfrentan a esto diariamente” dice el director.
Lamentablemente la “suerte” de Lee Hirsch no la tuvieron ni la tienen todos los niños del documental. Dos de los casos que vemos terminan en tragedia, con la muerte de dos niños: uno de 17 años y otro de 11 años. “El bullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares y colegiales. Se caracteriza porque existe una diferencia de poder entre la víctima y el agresor, es de una forma reiterada y continua y se lo realiza con la intención de intimidar y hacer daño”, explica Marion Valenzuela, sicóloga guayaquileña. (1)
No tenía ni idea del alcance tan terrible que podría llegar a tener este fenómeno. El comportamiento violento en las escuelas puede sobrepasar cualquier límite de tolerancia, como en el caso de Ja´Meya Jackson (afroamericana), quien cansada del maltrato psicológico por parte de otros niños decidió robar la pistola de su madre y ante un nuevo acoso que se suscitó en el bus escolar sacó el arma y apuntó a los agresores. La respuesta de la autoridad local ante este hecho no justificó la acción de Ja´Meya, quien bajo ningún punto de vista, solo en caso de haber sido agredida con brutalidad, debió sacar la pistola en el bus escolar. Este es también un ejemplo de la ignorancia sobre el tema, que ayuda a empeorar el asunto. Al final, el suceso no causó muertes ni hubo disparos, la niña fue internada en una correccional y…“happy ending”.
Bully es un trabajo que sin duda nos lleva a la reflexión ante la crudeza de los hechos, gracias a una delicadeza formal, resultado del arduo trabajo y de la sensibilidad del director a la hora de afrontar este tema. Durante un año Lee Hirsch y su equipo filmaron en una escuela en Sioux City, también a niños y sus familias de otras localidades en Estados Unidos. Hirsch cuenta en una entrevista, que nunca usaba su cámara con las familias desde el primer día, previamente existía un acercamiento, les contaba sobre su propia experiencia con el bullying, el porqué del documental, y finalmente preguntaba si ellos querían ser parte del mismo. Durante el tiempo de rodaje, el equipo de realización llegó a tener una conexión muy fuerte con las familias y los niños, lo que incluso en un punto los obligó a tomar acción en el caso de Alex.
El acoso escolar es un fenómeno que en Estados Unidos ya es un problema de salud pública. A pesar de esto el film obtuvo una clasificación de R, lo que significaba que ningún niño en ese país podía ver el documental. Ante esta absurda decisión, la distribuidora optó por lanzarlo sin clasificación (unrated), para que instituciones educativas y estudiantes pudieran tener acceso al material. Finalmente, el film obtuvo la clasificación PG-13, es decir, que todos los chicos lo pueden ver sin la supervisón de sus padres, esto con el fin de que el material influya directamente y provoque un giro de 360 grados en la conducta de los niños y jóvenes en las escuelas.
En nuestro país el fenómeno del bullying o acoso escolar ha venido tomando fuerza. Según estadísticas de la Unesco, el 60% de niños entre las edades de 6 y 15 años han sufrido acoso escolar en nuestro país. Las secuelas pueden ser desde ansiedad, depresión y fobia a la escuela, hasta el suicidio. Recientemente la concejala de Quito Macarena Valarezo, anunció que estará disponible la línea 1800-bullying, también la Reina de Quito estará a la cabeza de una campaña llamada El bullying.
A pesar de las cifras, en el país no nos ha tocado vivir este tipo de tragedias que en lugares del primer mundo se han convertido en un severo problema. Lo ideal es tomar acción a niveles mucho más altos para evitar que este tipo de fenómenos terminen en desgracia, como el caso de Tyler.
Bully no es un simplemente un documental, es una obra que puede convertirse en una poderosa herramienta en contra del acoso escolar.
“Lucharé contra el bullying por siempre, porque mi hijo tendrá 11 años para siempre” dice Kirk Smalley, padre de uno de los niños que perdió la vida.