A nivel mundial existe una escasez de drogas debido a la pandemia de covid-19. Así lo revela un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Esto no quiere decir que los narcos y microtraficantes dejaron de operar, pero sí se ha reducido la cantidad de droga decomisada.

Marcos Villegas, director Nacional de Antinarcóticos de Ecuador, explica que las medidas de restricción adoptadas para evitar la propagación del virus afectaron el normal desenvolvimiento de las actividades ilegales.

Sin embargo, los traficantes se las ingenian para transportar la droga.

Por ejemplo, en Guayas, unos transportistas de estupefacientes se hicieron pasar por veterinarios para circular con salvoconducto.

Otros usaron una empresa de transporte de encomiendas a domicilio para enviar paquetes con narcóticos.

En ambos casos la sustancia era destinada al microtráfico. Del 1 de enero al 21 de abril de 2020, en Ecuador se decomisaron 3 toneladas con 214 kilos de drogas.

Entre febrero y marzo (mes en que se declaró la emergencia) se constata la diferencia en lo confiscado.

En febrero, los agentes antinarcóticos retiraron de las calles una tonelada y media, en marzo esa cantidad disminuyó a 875 kilos y del 1 hasta el 21 de abril, iban 136 kilos.

Denuncias ciudadanas ayudan
Una fuente importante para que la Policía se entere de la comisión de delitos son las líneas 1800-Drogas y 1800-Delitos.

Desde el 1 de enero hasta el 16 de abril, los agentes recibieron 98 llamadas de ciudadanos que denunciaban casos de microtráfico: 63 están en  investigación.

Un agente de inteligencia, del que se reserva el nombre, detalló que cuando existe la alerta telefónica, primero se verifica que los datos coincidan. Por ejemplo, que la dirección exista, que si el color de la casa coincide, entre otros detalles.

“Puede haber llamadas falsas para desviar la atención de otros envíos, por eso se realiza una verificación previa. Con datos más certeros se le realiza un parte informativo al fiscal y este le solicita al juez la autorización para hacer vigilancia, seguimiento y otras técnicas de investigación”.

El investigador destacó que ninguna información es descartada y explicó que cuando alguien denuncia se le pregunta la motivación.

Algunos dicen que son patriotas, otros manifiestan que perdieron a un familiar por el consumo o que quieren cuidar su barrio.

Pero también hay quienes lo hacen por venganza, por deshacerse de la competencia en el territorio de venta de drogas o por peleas dentro de una misma organización.

Por ejemplo, contó que en el caso de “Gerald” (conocido como el Pablo Escobar ecuatoriano y quien cumple una condena en EE.UU.), ciudadanos lo delataron al estar en desacuerdo por la forma como se vengó de una familia que había atropellado al perro de su hermana.

La semana pasada, en Guayaquil, consumidores denunciaron a microtraficantes por elevar el precio de las dosis.

Pero así mismo hay quienes protegen a los expendedores del barrio porque trabajan para ellos o porque han recibido su ayuda.

También hay ciudadanos que llaman al ECU-911 para denunciar casos. Juan Zapata, director nacional de la entidad, informó que del 12 de marzo a la fecha registraron 700.119 emergencias, de las cuales 420.179 fueron relacionadas a la seguridad ciudadana, de ellas, el 3% denuncias por droga. (I)