Los microtraficantes y consumidores de sustancias sujetas a fiscalización, sobre todo la ‘H’, han obligado a los moradores de dos sectores de Guayaquil a adoptar drásticas medidas para contrarrestar el negocio de la droga y mejorar la convivencia en sus barrios.

Primeros fueron los habitantes de la 48 y la A. que denunciaron la presencia de hacheros en su sector las 24 horas del día.

Ellos instalaron improvisadas garitas y ejercen una vigilia permanente para evitar que los consumidores ingresen nuevamente.

Además, demandaron la presencia de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para que limpien de hacheros la zona, aunque están conscientes que no pueden detenerlos, porque ellos necesitan desintoxicación y rehabilitación; pero sí pueden aprehender a los vendedores de droga que viven por el barrio.

Una situación similar, viven los habitantes de La Fragata, sector del sur de la ciudad, donde sus moradores también cerraron las vías de acceso a microtraficantes y consumidores o adictos a los estupefacientes. Ellos dicen que están cansados de tantos drogadictos en la ciudadela y, por eso, se turnan para vigilar e impedir que ingresen. Demandan la colaboración de Fuerzas armadas.

Cuando la Policía y Fuerzas Armadas luchan contra el coronavirus y con los habitantes para que respeten el toque de queda, como parte de las medidas del estado de excepción, la ciudadanía no ve otra opción más que estar vigilantes y tomar las acciones preventivas y de seguridad. (I)