En chile el proceso para abordar a la víctima consta de 7 fases
Una guía de entrevistas evita la revictimización
Durante 2013 la Unidad de Atención de Peritaje Integral (UAPI) receptó 219 testimonios en la cámara de Gesell. Solo en el primer trimestre de 2014 se contabilizaron 82 diligencias, según cifras manejadas por la Fiscalía General del Estado.
El tratamiento de las víctimas no es improvisado, existen protocolos internacionales adaptados a la realidad de nuestro país para abordarlas, sobre todo en el caso de los niños afectados por la violencia sexual. Así lo indicó la sicóloga Carlota Álvarez Chaca, quien pertenece al Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam). Esa institución trabaja en conjunto con la Fiscalía, luego de la firma de un convenio con el Ministerio de Justicia.
La especialista mencionó que sus intervenciones pueden ser durante la indagación previa, momento en el que el fiscal encargado de la investigación solicita el acompañamiento de un sicólogo para la toma de versión; y en la etapa de instrucción fiscal cuando el testimonio urgente es autorizado por el Juez y se realiza dentro de la cámara de Gesell.
Jéssica Jiménez, otra de las sicólogas del Cepam, señaló que antes de iniciar la diligencia se prepara a la víctima y se le explica, dependiendo de su edad y estado sicológico, el proceso al que será sometida. “Es un derecho del niño que sepa que lo van a escuchar, cómo será el espacio en el que va a estar, entre otros detalles”.
La cámara está conformada por 2 habitaciones separadas por una pared en la que hay un vidrio de gran tamaño que permite ver desde una de las habitaciones lo que ocurre en la otra donde se realiza la entrevista, pero no a la inversa, y que cuenta con equipo de audio y video para grabar íntegramente lo que ocurre.
Dentro de esta área, el sicólogo inicia el diálogo. En caso de que la persona no quiera hablar, se puede suspender la diligencia. Pero antes hay otras alternativas para conocer los hechos, como utilizar hojas y lápices de colores para que dibujen o escriban; o se plantean las interrogantes de diferente forma.
Luego el juez o el fiscal, a través de la perito, pueden elaborar preguntas sobre cosas que no estén precisas o información nueva que se requiera, como pruebas. Para ello se utilizan diminutos micrófonos instalados en ambas áreas.
Maribel Figueroa, coordinadora de la UAPI, sostuvo que antes la víctima era sometida a más de un interrogatorio. Ahora todas las partes procesales de un caso son convocadas a la diligencia.
La intervención es grabada en audio y video y con esto se pretende que el afectado ya no comparezca físicamente en otra instancia del proceso ni ante un tribunal en la etapa de juzgamiento.
Soraya Bohórquez, presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Sicología y Jurídica Forense, indicó que el fin de que se cuente con un protocolo para entrevistas es disminuir la revictimización sacando la mayor cantidad de información con la menor cantidad de inferencias. “No todos los niños están listos para someterse a este abordaje, por eso el sicólogo lo evalúa”.
Medidas internacionales
Francisco Mafiolletti, presidente de la Asociación Chilena de Sicología Jurídica, indicó que en su país él y una colega elaboraron una guía de entrevista a víctimas de delitos que es utilizada desde el 2010 por todos los fiscales y peritos.
El procedimiento consta de 7 etapas. La primera, denominada establecimiento del setting, consiste en explicarle al menor quién es la persona que conversa con él, qué hace ahí, de qué se trata y cuál es el objetivo de la entrevista.
La segunda fase se llama establecimiento del ‘rapport’, que consiste en establecer un diálogo para ganarse la confianza de la víctima.
El siguiente paso es formular preguntas de cosas generales. La cuarta fase ya trata sobre los hechos. “La idea es que sea una entrevista semiestructurada no inductiva que estimule el relato libre, espontáneo y extenso por la persona”.
Además, indicó que hay que evitar las interrupciones y permitir al niño emplear las palabras que él quiera. “Si en cualquier momento en toda la entrevista la víctima se siente constreñida, afectada o la estamos victimizando, la entrevista se termina”, enfatizó.
En la quinta etapa se indagan más activamente aspectos relevantes desde el punto de vista procesal, pero que el niño no ha introducido en su relato. La sexta etapa esperamos saber qué más recuerda.
Finalmente, se realiza la etapa de cierre de entrevista o despedida. “Se conversa de un tema neutro. Al comienzo fuimos abriendo una herida y no podemos permitir que la persona se vaya así, sino en un estado emocional adecuado”, explicó Mafiolletti.
Credibilidad de testimonios
Ángela Tapia, directora científica internacional de la Asociación Latinoamericana de Sicología Jurídica y forense, indicó que además hay técnicas para evaluar la credibilidad de menores abusados. “A veces a los niños no se les cree porque son niños, pero también puede ser que el mismo agresor los esté coaccionando para que se retracten y para que se callen. “Esa técnica se llama análisis de contenidos basado en criterios” (ACBC).
Son 19 criterios los que se analizan, entre estos la estructura lógica, la cantidad de detalles, la descripción de interacciones, detalles inusuales, detalles superfluos, relatos del estado mental subjetivo, correcciones espontáneas, plantear dudas sobre el falso testimonio, autodesaprobación, perdón al autor del delito.
En este sentido, Soraya Bohórquez indicó que esa técnica debe ser empleada en casos específicos, por ejemplo, en testimonios amplios donde haya cantidad de detalles. “Así no existan sospechas de que hay manipulación, porque puede ser que no se pueda identificar a simple vista”.