El  comportamiento en menores infractores es progresivo. La carencia de afecto, las necesidades económicas y  un entorno hostil hacen que estos adolescentes en su etapa de desarrollo opten por estrategias de sobrevivencia ante una infinidad de penurias domésticas y sociales como la necesidad de conseguir recursos para adquirir desde comida y ropa hasta drogas y alcohol.

No se puede catalogar al adolescente en relación con si comete o no un delito. El Proyecto del Código Penal  quiere hacer una diferencia entre el menor de 12 a 16 y de 16 a 18 años... Éste no será niño ni adolescente porque será juzgado como un adulto.

Los detractores serios de dicho proyecto no pretenden dar paternalismo extremo una protección injustificada; en el caso de que los adolescentes cometan delitos deben ser sancionados y tendrán responsabilidad, pero las estrategias que se apliquen con los adolescentes infractores deben servirles para poder mejorar su proyecto de vida, y generar conciencia para que formen un criterio de su conducta inadecuada.

Si se los juzga como adultos, las sanciones ya no serán hasta de  6 años, serán de hasta 25 años de prisión. Esto implicaría que un adolescente  perdería la etapa de desarrollo y formación de su proyecto de vida. Perdería la capacidad de relación y reacción dentro de la sociedad; si a un adolescente infractor se le responde con el encierro, no se están generando opciones y alternativas de vida.

A eso va enfocada la campaña “somos adolescentes, no delincuentes”, porque no se puede enviar adolescentes a una universidad del delito como es la cárcel, en donde las situaciones los obligará a seguir por el mismo camino.

Los Centros para Adolescentes Infractores no tienen las mejores condiciones, pero todo depende de la medida socioeducativa; existen algunas que no son privativas de la libertad por completo. Dentro del centro se brinda atención y ayuda para que tengan los medios para construir una cultura.

Se debe entender que los adolescentes no son los responsables de la inseguridad. Si están cometiendo delitos, es en relación con una circunstancia de desprotección frente a las condiciones de vida que tienen.

Una evaluación a los adolescentes nos da las pautas para establecer qué tipo de tratamiento requieren. No es lo mismo que un menor robe a que asesine... Pero en general deben ser agrupados para generar condiciones de convivencia.