La Corte Provincial de Justicia de Pichincha ratificó, el miércoles 4 de marzo de 2020, la sentencia a diez años de privación de libertad en contra del sacerdote Néstor Genaro B. por abuso sexual a una menor de edad. La apelación del párroco no surtió efecto y se confirmó además el pago de una multa de doce salarios básicos unificados, 2.000 dólares y tratamiento psicológico como reparación integral a la víctima.

La fiscal Fanny Espinosa argumentó ante el Tribunal de Alzada con la presentación de las pruebas, entre estas, el testimonio anticipado de la víctima de 10 años, quien refirió que la tarde del 2 de febrero de 2019 recibía clases de catecismo, cuando Néstor Genaro, quien se desempeñaba como párroco de Guápulo, barrio de Quito, fue a buscarla y la sacó del salón. Luego, le ofreció galletas y la trasladó hacia su despacho, cerró la puerta con seguro, la sentó sobre sus piernas, la besó y toco sus partes íntimas.

Espinosa sumó el informe de la pericia de audio y vídeo, aplicado a las cámaras de la institución donde se impartía la catequesis y se corroboró que el sacerdote retiró a la niña por aproximadamente veinte minutos.

Así también, agregó la valoración psicológica que determinó que la niña sufre estrés postraumático.

El artículo 170 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que la persona que en contra de la voluntad de otra, ejecute actos de naturaleza sexual sin que exista penetración será sancionada con una pena privativa de libertad de tres a cinco años.

En este caso se aplicaron las agravantes del artículo 48 del mismo cuerpo legal, numerales 1 y 8, por encontrarse en una institución educativa y por ser sacerdote de una iglesia. (I)