Las pandillas y el alcoholismo, fruto de la migración
“Mi hijo viajó, aún no sé nada de él”, con esa frase Carmen (nombre protegido), rompe el silencio de unos instantes, pero al retirarse anticipa que no hablará más sobre el tema.
La mujer deja ver la tristeza en su rostro, cierra la puerta y solo unos perros quedan afuera vigilando la casa y la tristeza de la familia.
En las parroquias Checa y Chiquintad, del cantón Cuenca; El Tambo, Déleg y Cañar, en la provincia del mismo nombre, las familias muestran su separación. Quedaron hijos sin padres, padres sin sus primogénitos, menores de edad a cargo de tíos y abuelos que son los encargados de ayudarlos con la educación y el mantenimiento.
La abogada Cristina Ordóñez, de la Junta Cantonal de Protección de Derechos en El Tambo, indica que la mayor parte de denuncias que se presentan en su oficina tienen que ver con “negligencia, maltrato psicológico y maltrato físico”, que son problemas “que van de la mano con la migración”.
La profesional también menciona que estos hechos se dan porque los niños y adolescentes no están al cuidado de sus padres, puesto que ellos migraron al exterior y en muchos de los casos, no regresaron nunca a Ecuador.
Según Ordóñez, en el cantón El Tambo existe un alto grado de alcoholismo de quienes cuidan a estos niños y adolescentes (tíos y abuelos), pero también hay alcoholismo en los adolescentes ya que ellos manejan el dinero que les envían sus padres desde el exterior y la primera inversión es en licor.
“Pero hay otro problema, cuando los adolescentes no cuentan con dinero forman grupos que se dedican a delinquir y hasta forman pandillas”, indica la funcionaria.
“Hay casos de chicos que viven solos en El Tambo”, dice la abogada. Estos jóvenes en algunos casos no pudieron llegar a Estados Unidos y los deportaron. “Ellos viven en casas construidas con dinero de los propios padres”.
La organización 1800migrante.com, cuyas oficinas ahora están en Nueva York, reporta 133 casos de desapariciones con personas que salieron desde el sur del país con dirección a Norteamérica de forma ilegal.
Andrea Ledesma, abogada y cofundadora de la organización, puntualiza que “es importante la colaboración de la ciudadanía y que si tienen un familiar que esté desaparecido o secuestrado, realicen la denuncia correspondiente ante la Fiscalía como primer paso”.
Afirma que existen familiares de los desaparecidos que no desean hacer públicos los datos por distintas razones. Según ella, existe miedo entre ellos por denunciar.
“Tienen temor, pero por la desesperación, hacen pública su información y piden ayuda para ubicarlos”, señala la activista. (I)
Los tours a México están a la orden del día en Cañar
En la provincia de Cañar, la frase “Tour a México” se ha vuelto común entre los habitantes que desean migrar.
Y es que en los colegios, que es donde más se concentran los potenciales viajeros, ahora ven esta oportunidad para llegar a Estados Unidos y unirse con sus padres o familiares cercanos.
En la Unidad Educativa El Tambo, su rectora, Nube Choglio, cuenta que muchos de los estudiantes piden vacaciones una semana o un poco más. “Nadie nos dice que van a México, solo nos indican que van a una gira o a un paseo”, indica la rectora. A la vuelta de una semana, en varias oportunidades, el joven regresa, eso quiere decir que no le fue bien, que intentó pero no pudo llegar a Estados Unidos. La rectora indicó también que en otros casos, el joven (hombre o mujer) ya no regresa al colegio, lo que indica que se fue definitivamente.
Para Cristina Ordóñez, de la Junta Cantonal de Protección, la mayoría de documentación que se remite a su oficina es sobre permisos para ausentarse del establecimiento, “todos sabemos que están migrando pero pocos reconocen esta situación”. La abogada habló de dos casos de estudiantes que se fueron a México la semana anterior dentro de un tour, “lo cual es legal”, dijo, pero al tratar de llegar a Estados Unidos lo hacen de forma no autorizada. (I)