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El odio llevó a Panzram a asesinar 21 personas

El odio llevó a Panzram a asesinar 21 personas
22 de enero de 2016 - 00:00 - Redacción Justicia

“Estaba tan lleno de odio que no había lugar dentro de mí para sentimientos como el amor, la pena, la ternura, el honor o la decencia; de lo único que me lamento es de no haber nacido muerto o simplemente no nacer”, es una de las frases del asesino serial estadounidense Carl Panzram, quien eliminó a 21 personas, violó hombres y mujeres y cometió otros delitos.

Si bien la vida de Carl fue miserable y violenta hasta el fin de sus días, sus primeros siete años estuvieron llenos de felicidad en la granja donde vivía junto a sus padres y hermanos.

Según los biógrafos, Carl vino al mundo el 28 de junio de 1891 en la población de Polk County, en el estado de Minnesota, en Estados Unidos. Junto a sus seis hermanos y padres de origen prusiano creció en el seno de una familia dedicada especialmente a la atención de sus animales, en una granja de las afueras de Polk County.

Su padre abandonó la familia cuando él había cumplido 7 años. La progenitora y los hermanos sufrieron escasez y hambre durante unos años. Esta situación llevó a Carl a cambiar su personalidad y buscar sobrevivir, incluso infringiendo la ley, en medio de la deteriorada economía del hogar.

Su primer delito lo cometió a los 12 años, entró en la casa de sus vecinos a robar sus pertenencias, pero fue sorprendido y arrestado por la Policía. El muchacho fue trasladado al reformatorio ‘Red Wing’, donde sufrió las palizas de sus compañeros y vejaciones por doquier, que lo hicieron entrar en cólera, y juró vengarse de la sociedad cuando estuviera libre.

Dos años después abandonó el centro y se independizó de su familia al argumentar que había sido víctima de una violación por un grupo de hombres. Nunca se comprobó esa sospechosa versión. A los 14 años ya empezó su adicción al alcohol.

Después de graduarse, pasó años durmiendo en trenes de carga. Durante un paseo en un vagón, fue violado por transeúntes, y desde entonces quedó como “un niño triste, enfermo, pero más sabio”, escribió Panzram.

En 1915 viajó a través de Idaho, California y otros estados a lo largo del río Columbia, robando en edificios y violando a innumerables hombres y niños.

En esa misma época, Panzram fue sentenciado a 7 años en la Penitenciaría del estado de Oregon por robo. Para castigar su indisciplina, los guardias lo colgaron de vigas durante horas, le echaron agua con una manguera y lo mantuvieron en régimen de aislamiento durante semanas, dejándolo que se alimente de cucarachas.

Primeras víctimas a cocodrilos

Después de escapar de la cárcel en 1918, Panzram cometió sus primeros asesinatos y violaciones a hombres y mujeres. En Nueva York contrató a 10 marineros para trabajar en una embarcación comprada con dinero robado, los ayudó a conciliar el sueño con alcohol y luego los mató a tiros.

En 1920 Carl, de 29 años, se embarcó de polizón rumbo a Angola para trabajar como marino mercante, pero antes violó y mató a un niño previo a la expedición de caza de cocodrilos.

Un año más tarde se escondió en un barco con destino a Lisboa, capital de Portugal, donde descubrió que la policía lo estaba buscando, conscientes de sus crímenes en África. Poco después viajó de polizón en una embarcación a los Estados Unidos.

En 1928 Panzram fue arrestado por una serie de robos y encarcelado en Washington. Después de que el director de la prisión se enterara de que había tratado de escapar, los guardias lo esposaron y lo suspendieron de una viga, donde lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

Sintiendo lástima por Panzram, de 37 años, un guardia de la prisión llamado Henry Lesser le entregó un dólar para comprar comida y cigarrillos. “Nadie había sido amable con él en toda su vida“, dijo John Borowski, quien dirigió el documental de 2012 ‘Carl Panzram: un espíritu de odio y venganza’.

Con el tiempo los dos se hicieron amigos. Cada día Lesser le deslizaba un lápiz y unas cuantas hojas de papel, convenciéndolo para que escribiera la historia de su vida.
Así comenzó a escribir un libro en el cual narraba sus “hazañas criminales”, y lejos de dejar a la ley descansar aunque fuera por un tiempo, continuó haciendo de las suyas en el interior del centro penitenciario donde estaba recluido, asesinando a varios presos y violándolos una y otra vez.

Condena y ejecución

Después de confesar sus 21 asesinatos, Panzram fue condenado a 21 años de privación de libertad en la United States Penitentiary de Leavenworth en Kansas. Allí, partió el cráneo de Robert Warnke, capataz de la lavandería, con una barra de hierro. Tras el incidente fue trasladado al corredor de la muerte y negó la ayuda de grupos de derechos humanos para evitar la horca.

Después de años de abusos, “esta era su forma de suicidarse”, dijo Borowski.

La justicia terminó con la vida de Panzram al colgarlo el 5 de septiembre de 1930. “¡Date prisa, bastardo!”, dijo al verdugo. “Rabia personificada”, como se refirió a sí mismo hasta el final. “¡Podría matar a 10 hombres mientras tú sigues ahí!”.

Los escritos de Panzram

Lesser mantuvo los escritos de Panzram. Los editores no estaban cómodos con el manuscrito gráfico. Sin embargo, en 1970 el escritor Thomas E. Gaddis escribió el libro sobre el asesino, al cual tituló ‘Killer: A Journal of Murder’.

“El tipo era realmente un escritor increíble“, dijo Joe Coleman, que elaboró la cubierta para el libro, y estaba “impresionado por la inteligencia y las cosas que Panzram podría haber sido capaz de hacer”.

Más allá de ayudar a los criminólogos a entender mejor la mente de asesinos como Panzram, Borowski manifestó que la autobiografía sirve como una lección, que todavía tiene relevancia en medio de informes recientes de abusos a presos en la isla de Rikers y otras prisiones. “Se trata de enseñar a nuestras futuras generaciones a no crear más monstruos como él”, dijo. Y agregó que Carl Panzram, “por encima de cualquier otro, debe ser escuchado”.

El libro sobre la vida de Panzram fue adaptado a una película. (I)

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