A los agentes de la unidad contra el tráfico para consumo interno (Uctci) les tomó casi 6 meses identificar y detener a los 23 integrantes de la organización delictiva ‘Los Cazares’, quienes distribuían droga al por menor en los sectores de San Antonio, Carcelén y el Condado, en el norte de Quito.

Este grupo estaba expandiéndose hacia más barrios de la ciudad, ya que tenía una estructura que incluía la adquisición de la droga en Colombia, transporte vía terrestre en buses interprovinciales, la preparación de dosis y la entrega a los vendedores callejeros.

El negocio estaba dirigido por José Ricardo E.A. -quien ya fue detenido por posesión de drogas en 2014, pero salió en libertad- y varios miembros de su familia.

Una vez recopiladas todas las evidencias junto a la Fiscalía y las unidades élite, los policías incursionaron la semana pasada en las 14 viviendas que ocupaban y donde efectuaban la venta de los alcaloides.

El mayor José Luis Erazo, jefe de la Uctci, indicó que para combatir el microtráfico se “usan técnicas que incluyen al agente encubierto, además de tecnología que permite el análisis de información que está dispersa y que recolectamos de varias fuentes, como denuncias al 1800 Delitos y la que envía la Policía Comunitaria; esto nos ayuda a determinar dónde se necesita una intervención inmediata”.

El oficial explicó que se deben construir casos junto a la Fiscalía para determinar la estructura, “no solo los expendedores sino direccionar una investigación completa que inicia con el vendedor callejero, lo cual lleva a quien hace las entregas de las dosis, identificar al que cumple las funciones de seguridad, los proveedores al por mayor y finalmente la ruta de la droga que la consiguen en Colombia o Perú.

La organización de microtráfico es piramidal, donde siempre existe un líder que hace toda la gestión. Sobre esa persona existe el proveedor, no necesariamente en la ciudad sino en provincias fronterizas. “Una vez que evidenciamos todos los elementos de convicción, hacemos un informe final para que el fiscal solicite al juez las órdenes de captura y allanamiento, y luego sean sometidos a los procesos judiciales”, dijo.

De esta manera la Policía empezó a desarticular a los grupos dedicados a la venta de drogas. Hasta septiembre de este año 122 organizaciones de microtraficantes han sido anuladas, y apresadas 6.548 personas involucradas en el delito de microtráfico.

El viceministro del Interior, Diego Fuentes, señaló que este año fueron detenidos en los alrededores de los colegios 4.500 personas que trataban de vender drogas. “Los distritos con mayor incidencia son Guayaquil y Quito, con 314 planteles educativos que han presentado casos de consumo y venta de drogas”, dijo el funcionario.

El presidente Rafael Correa se refirió al tema del microtráfico el lunes último durante su intervención en el nombramiento oficial del comandante de Policía, Diego Mejía. En su alocución dispuso a la Policía el fortalecimiento de la lucha contra este delito, por lo que ahora el 85% del personal antinarcóticos se dedica a investigar los casos de microtráfico, ya que lo “fundamental es proteger a nuestros niños y jóvenes primero”, sostuvo.

En ese acto, el ministro del Interior, José Serrano, también expresó que el trabajo de la Policía deberá intensificarse en lo que respecta al tráfico interno. “El desafío es la derrota al microtráfico, por eso hemos creado estructuras necesarias y fortalecido la dirección antidrogas, lo principal será el desarrollo de la prevención con la comunidad y el trabajo de inteligencia antidelincuencial con la información que nos da la ciudadanía”. (I)