Un cabo primero de la Naval pasó de denunciante a denunciado. Su buen nombre corre peligro
Marino acusado de estafa por denunciar corrupción
Desde el pasado 6 de enero, la vida del cabo primero de la Marina Nacional, Byron Solís Garaví, se transformó en una odisea. En cumplimiento de su trabajo -y luego de varios meses de investigación- decidió denunciar a sus superiores presuntos actos de corrupción que se estarían cometiendo en la institución.
El uniformado cuenta que fue seleccionado para trabajar en el Sistema de Inteligencia Naval de la Dirección en Guayaquil por 2 meses, donde descubrió que algunos integrantes -incluso de alto rango- estarían inmersos en una red que supuestamente extorsionaba a los aspirantes a guardiamarinas.
“Para ellos es una fuente de dinero porque los abordan antes de que entreguen sus carpetas. Les dicen que ellos tienen las ‘palancas’ adentro, cuando no es así”, dice el cabo Solís, quien luego de concluido su trabajo de investigación le pidió al contraalmirante Carlos Albuja Obregón, director general de Recursos Humanos de la Armada, que lo regrese a su reparto (Hospital Naval), pero -a pedido de éste- siguió en el área antes referida.
“Empecé a reportar novedades sobre los posibles tramitadores. Todo lo tengo documentado, de todos quienes se dedicaban a esto; incluso, del problema que hay actualmente. Había oficiales involucrados y al ver que no se tomaba ninguna acción, alrededor de junio de 2013, toda la información la entregué a un delegado del Comandante General de la Marina para que él trabaje desde afuera y, por último, se pudiera denunciar a la Fiscalía”, precisa en su denuncia el cabo Solís.
Toda la información con carácter de reservada, producto de las investigaciones realizadas por el uniformado, pasó a la Policía Judicial: “Se entregó esa información y nunca se hizo nada y más bien estas personas se enteraron de que yo hacía esto”. El 30 de diciembre del año pasado –fecha en que Solís estaba libre y se encontraba en Milagro, donde reside- alguien se hizo pasar por él y llamó al padre de uno de los aspirantes a guardiamarinas que no había pasado las pruebas para ingresar a la Armada.
“Lo llamaron (al padre del aspirante) diciéndole que era el cabo Solís (para pedirle) que deposite $ 500 en mi cuenta y que $ 700 le dé en efectivo; luego le entregaron un documento falso (lista de aprobados) indicándole que ahí estaba su hijo ingresado en la lista”, comenta. El 6 de enero, día en que el cabo primero se reintegró a sus actividades profesionales de línea, cuando se encontraba en las oficinas de Reclutamiento de la Armada de Ecuador, en Guayaquil, se le “acercó un señor de apellido Cando, quien me preguntó cuáles eran los requisitos y vestimenta que tenía que comprar su hijo”.
Al escucharlo, el uniformado le dijo que el aspirante nada tenía que comprar porque en la lista ya publicada, él no constaba porque no había sido considerado apto.
El padre del aspirante, Sergio Cando Sevilla, dijo al cabo Solís que él no era la persona con la que se entrevistó y a quien le depositó dinero en una cuenta del Banco Rumiñahui, que usa la Marina para pagar al personal su sueldo mensual.
Luego le precisó al uniformado que la persona a la que le hizo el depósito y, además le entregó $ 700, era distinta a él. “Era un señor de características totalmente diferentes a mi persona; tenía aproximadamente 50 años de edad; alto, contextura gruesa, cabello corto medio canoso”, explica Solís en la denuncia presentada en la Fiscalía.
Usurpación de identidad
El marino Solís, al saber que alguien había usurpado su identidad, le solicitó al progenitor del aspirante a guardiamarina que le dé detalles de cómo ocurrieron los hechos y que identifique a la persona a la que le entregó el dinero.
Ante este pedido y siendo consciente de que otros uniformados constaban como testigos de tal irregularidad, el padre del joven optó por decirles que no quería que le devolvieran el dinero sino que su hijo ingrese a la Marina. “Arreglemos entre nosotros y no haga grande la cosa, para qué avisar al comandante”, le dijo.
“Yo no quiero llegar a eso porque si denuncio van a salir algunos involucrados y yo llegaré a la Presidencia (de la República) y a la prensa; igual, a mí lo único que pueden hacerme es darme arresto domiciliario por la edad que tengo, ya que un padre hace todo por un hijo”, agregó Cando Sevilla a los uniformados. Ante el pedido del cabo Solís y sus compañeros, y ante el jefe de Reclutamiento, Jacinto Linthon Triviño, y otros marinos, Sergio Cando contó cómo contactó al supuesto cabo Solís, no sin antes pedirles que no hicieran el parte militar a la persona que le entregó el dinero, quien -según él- presta servicio en Puerto Ayora, Galápagos.
Para sorpresa del denunciante, el 28 de enero de este año, Sergio Cando presentó una carta a la Presidencia de la República, a la Dra. María Fernanda Espinosa, ministra de Defensa; a José Serrano, ministro del Interior; a Galo Chiriboga, fiscal de la Nación, y a Rolando Panchana, gobernador de Guayas.
En la misiva, según Solís, no se detalla la irregularidad de la usurpación de su nombre ni la entrega de dinero a cambio de que el hijo de Cando aparezca en la lista de aspirantes aptos para para guardiamarina. “Aquí el señor no dice que él sabe quiénes son las personas involucradas, aquí me hace pedazos. La carta la firma Sergio Cando y lo representa el abogado Galo Freire (quien supuestamente fue parte de la red de en el caso)”, resalta el marino denunciante. Una vez que la carta llegó al Ministerio de Defensa, la titular de esa cartera de Estado, supuestamente, habría delegado al asesor jurídico de la institución, el doctor Medranda, quien luego de leer la misiva decidió -sin pedir informe alguno a la institución en la que trabaja el marino- poner una denuncia por estafa, el 31 de enero de este año contra Byron Solís, el uniformado que denunció el hecho.
“La Armada sabe (cómo son los hechos); el comandante de la Marina sabe, y en Defensa he ido 3 veces a golpear las puertas, incluso con mi papá que tiene un trasplante de riñón y está en un proceso de rechazo (...) Tuve que irme de civil donde el doctor Santiago Medranda para tratar de que me escuche, pero me dijo que a él no le explique nada, que vaya a la Fiscalía y que él como funcionario público estaba en la obligación de poner una denuncia”, relata.
CONTRAALMIRANTE CARLOS ALBUJA
“EL SEÑOR CANDO HA MONTADO UN SHOW QUE NO CORRESPONDE”
Sobre esta exhortación, el contraalmirante Carlos Albuja, director general de Recursos Humanos de la Armada, consultado por este medio, respondió algunas preguntas sobre este tema, cuyas respuestas transcribimos a continuación.
Él (cabo Solís) pidió en su momento el cambio para volver a su reparto, ¿por qué no se le concedió el cambio?
Recordarme en este momento esta situación es un poco complicado, yo ya no estoy allí en la dirección, estoy en otro cargo y no me recuerdo si me lo haya pedido. Pero en tal caso, está allí porque es un tripulante eficiente y honesto.
¿Usted conversó con el denunciante, con el señor Cando?
Sí. Él dijo que otra persona recibió el dinero.
¿Usted escuchó eso?
Sí señor, yo estoy muy al tanto, sé que el señor Cando ha montado un show que no corresponde y estamos por la vía legal haciendo lo que nos da nuestros derechos.
¿Es justo por esa razón que no se haya abierto un expediente, un Consejo de Disciplina contra el cabo Solís?
No hay razón, no hay una falta disciplinaria.
¿Cuál es el camino que hay que seguir dentro de la institución?
Desde mi punto de vista ya está en la parte legal y esperamos que la parte legal resuelva. Si lo hace, allí se verá si amerita algún proceso disciplinario posterior.