El  presidente de la Junta Cívica de Manta y Manabí, Lenín Chiriboga Delgado (67), fue asesinado la mañana de ayer a manos de presuntos sicarios.

Dos sujetos en moto acabaron con su vida en instantes en que se encontraba en su vehículo por el sector del Secap, en el km 2,5 de la vía Manta - Montecristi. Le dispararon hasta que paró la marcha del automotor.

En total fueron nueve vainas percutidas de un arma calibre 9 milímetros las encontradas por la Policía. Chiriboga salió de su residencia en su camioneta Chevrolet color blanco, placa MGE-685, acompañado de su esposa Judith Mendoza González (44) y su nieto José García (7). En el trayecto los dos hombres, que vestían jean y chompas color negro, lo siguieron cerca de 12 metros.

La víctima murió de inmediato, mientras que su esposa, quien recibió dos tiros en el abdomen, y su nieto, que tenía dos impactos en el cuello, fueron auxiliados y llevados a la Clínica San Gregorio, donde se mantienen en estado crítico.

El fiscal Enrique García  indicó que en la garita de seguridad del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) existe una cámara de vigilancia que está ubicada apuntando a la dirección en la que fue asesinado Chiriboga, por lo que ya se requirió el video para identificar a los asesinos.

El mayor Iván Molina, jefe de la Policía Judicial de Manta, señaló que el dirigente presentó en marzo dos denuncias: la primera por el robo de $ 60 mil en las instalaciones del Sindicato de Choferes y luego otra de amenaza y extorsión por lo que de ahí se desprenden las primeras hipótesis de su asesinato.

Chiriboga era también secretario general del Sindicato de Choferes Profesionales. Además ocupó varios cargos públicos como gerente de la Aduana de Manta, prefecto de Manabí, consejero provincial, concejal de Manta, gerente de la Empresa de Agua Potable, entre otros.

La lucha y frontalidad de Chiriboga por los hechos de inseguridad que se viven en el puerto de Manta hizo que pidiera en su momento que los militares salgan a las calles a resguardar a los ciudadanos. Su hijo Shuber Chiriboga fue el primero en llegar al lugar.

Él no podía creer que su padre estuviera muerto dentro del carro. Sus hermanos Karol y Víctor no pudieron contener los gritos: “Por qué lo mataron si él ayudaba a todo el mundo… No, mi papá no”, lamentaban mientras las lágrimas rodaban por sus rostros.

Mariana Chiriboga, hermana de la víctima, pidió al ministro del Interior, José Serrano, una investigación prolija, que se haga justicia, que este crimen no quede en la impunidad.