“Se me llevaron todo”, gritó, la mañana de ayer, indignada Viviana Torres afuera de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Socio Vivienda 2, zona que desde el 17 de noviembre está intervenida por los gendarmes.

Eran las 10:05 del lunes, cuando Viviana, que trabaja como enfermera en un hospital con jornada nocturna, llegó a su casa, ubicada en la Mz.1103, sector Iguana,  villa 29, la halló abierta y completamente desmantelada.

“Hasta la contrapuerta se llevaron. Además del microondas, el juego de sala, equipo de sonido, tanque de gas, colchones y focos. Tuvieron el cinismo de tomarse hasta las cervezas porque dejaron las latas vacías. Es la segunda vez que le roban. No se puede vivir aquí”, explica su hermana Mayra, quien también habita en la esquina de esa manzana.

Mayra argumenta que su hermana es dueña de esa casa pero que solo llega a dormir  tres días a la semana. La razón, es porque tiene una hija, de 15 años y teme que los delincuentes no solo le roben sino que la violen.

“Si uno no vive, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda ( Miduvi) le quita la casa, pero si uno habita acá se expone a que le roben, lo amenacen y hasta lo violen, definitivamente aquí peligra la vida”, agrega Mayra Torres.

Lo extraño para la mujer y  las autoridades policiales, es  que nadie vio nada, pese al ruido de la contrapuerta al ser retirada.

Evelyn Mina, quien vive frente a la casa que robaron, ubicada a dos cuadras de la UPC, justifica su indiferencia al accionar delictivo con los ruidos fuertes que se escuchan en la madrugada.

“La semana pasada me robaron. Llamé a las 03:45 a la Policía y no hizo nada. La verdad es que viviendo  o no en el inmueble, igual nos roban a todos y los vecinos nunca ven ni dicen nada”, indica Mina.

Armando Benalcázar, otro residente de la ciudadela, reclama a las autoridades policiales frente a una vídeo cámara: “No es posible que sigamos viviendo como en la selva. Esto debe investigarlo el servicio de Inteligencia y ustedes lo saben”.

Pese al malestar popular, el coronel Marcelo Castillo, jefe del distrito Nueva Prosperina, sostiene que los policías cumplen con la intervención en la zona y que han disminuido los índices delictivos del sector. “Lastimosamente entre los vecinos nadie ve nada. A mi criterio los muebles están en el sector. A veces entre ellos mismos delinquen y se solapan”.

Reseña que en el robo de un inmueble hay dos factores que influyen: la señora no vive constantemente en su casa; y segundo, el patio es un corredor común entre las viviendas por tanto es difícil restringirlo.

Mina considera que la presencia policial en Socio Vivienda tiene que ser las 24 horas de los siete días de la semana. “Si la señora no va al UPC, ellos no ven el robo y no hay ni puerta. Es su trabajo localizar a los delincuentes. Él (Castillo) debe ubicarse y no culpar a los demás”. (I)

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472 nuevas viviendas se entregarán en diciembre

Jorge Wated Reshuan, director general del Servicio de Contratación de Obras (Secob), recorrió ayer la tercera etapa del plan habitacional Socio Vivienda, antes de la entrega de las unidades habitacionales que está pautada para diciembre.

“Las obras son entregadas para 472 familias. ¿Quiénes van a habitar las viviendas? Son personas con un quintil de pobreza y de extrema pobreza; madres de menores de cinco años, personas con discapacidad, personas de la tercera edad”, detalló Eleana Rivas, coordinadora zonal del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).

A diferencia de las dos etapas anteriores de Socio Vivienda, la Tercera consta de casas y torres de departamentos, que contarán con todos los servicios básicos (agua, luz, alcantarillado), además de conexiones para teléfono e instalaciones eléctricas de 220 voltios para el nuevo sistema de cocinas a inducción.

De acuerdo con Wated, las áreas donde estén las casas tendrán habilitados corredores para facilitar la movilidad de las personas con impedimentos. (I)