“¡Por acá, por acá!”. “¡Acá, échale bala! Aquí, baja”. El llamado a un rápido movimiento y a la posterior acción de que disparen proviene de quien se cree es un policía, acuclillado bajo  un paso elevado, durante  la revuelta policial que marcó al país el jueves 30 de septiembre de 2010.

La imagen de otro  uniformado, pero con el rostro tapado por una camiseta mientras lanza piedras; uno más con gorra y gafas en medio de manifestantes junto a una ambulancia de la Cruz Roja Ecuatoriana; otros cuatro con pasamontañas, entre ellos una mujer (primero con el rostro visible, pero luego con una chompa con capucha cubriendo parte de su cara) prohibiendo la entrada de los medios de comunicación -a excepción de un canal de televisión- son parte de un video con el cual se busca obtener información relevante sobre quienes habrían participado en la llamada revuelta del 30-S.

El video, que se transmite por televisión abierta y que -además- ha sido colgado por el Ministerio del Interior en el canal de Internet YouTube, muestra en 48 segundos una serie de imágenes en las que se ven y oyen diversas escenas: gritos, quema de llantas, lanzamiento de piedras y gas lacrimógeno, durante las protestas policiales de 2010, en Quito.

El spot empieza con una voz introductoria: “30-S, el día que se intentó desestabilizar la democracia y existieron lamentables pérdidas humanas. Ayúdanos a identificarlos”. Por la información que se reciba se   ofrece una recompensa de hasta 50.000 dólares y se asegura la absoluta reserva del caso.

El pedido  busca que se denuncie a quienes se logre identificar, a cambio de una recompensaDe esa manera, y colocando círculos rojos sobre los rostros de 8 hombres y una mujer, el Ministerio ha iniciado una campaña para que la ciudadanía ayude a identificar a las personas señaladas como presuntos responsables de incitación durante los hechos que empezaron en el Regimiento Quito y se extendieron hasta la noche, con la balacera producida entre los policías alzados y los militares que defendían el orden fuera del Hospital Militar, donde el jefe de Estado, Rafael Correa, fue internado por una dolencia en su rodilla, pues recientemente había sido sometido a una  cirugía.

El gobernante logró salir del hospital ileso en medio de una lluvia de balas, la revuelta se apaciguó y la estabilidad democrática se mantuvo, pero costó la vida de  5 personas (dos miitares, dos policías y un civil) y dejó a varias más heridos.

El presidente Correa anunció el sábado pasado la recompensa por quien dé información de los señalados en el video y  reiteró que no permitirá que el caso quede en la impunidad.

Por los hechos del 30-S hay varios procesos en curso, como el que se sigue contra doce personas acusadas de irrumpir en el canal estatal Ecuador TV. En otro caso, Mery Zamora, ex presidenta de la Unión Nacional de Educadores (UNE), fue declarada culpable de incitar a la violencia  a un grupo de estudiantes de un colegio de Guayaquil.