La agresión a la mujer la frenaría la misma familia
La violencia intrafamiliar es vista como un círculo vicioso difícil de frenar en el entorno familiar. Este análisis se sustenta en las diversas etapas emocionales que atraviesan las parejas antes de que se reporte la agresión. A esta conclusión llegaron expertos invitados al “II Congreso Internacional de Seguridad Ciudadana”, que se desarrolla desde el viernes en el campus de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
Para Bernardo Ovalle, coordinador del Observatorio de Seguridad Ciudadana, hay aspectos que se deben tomar en consideración en relación a este fenómeno, ya que se han convertido en un denominador común entre las mujeres agredidas. “Todo empieza (entre la pareja) con una aparente calma que puede durar meses y hasta años... luego con el tiempo viene la acumulación de tensión que conlleva a la agresión verbal, una vez pasada esta barrera es posible que se llegue a los golpes”.
El funcionario explicó que es en esta etapa, después de tres o cuatro escenas de agresión, que deciden poner la denuncia.
La otra etapa surge con el arrepentimiento del agresor. “Es aquí cuando prometen que no lo van a volver a hacer y caen las afectadas aceptando el perdón”, aclaró. “Muchos casos se han dado, que incluso se van de luna de miel”.
Ovalle consideró que así se promueve el ciclo de la violencia, ya que al llegar a la reconciliación la pareja regresa a la etapa inicial en la que la “clama” esconde al futuro agresor.
Tanya Varela, quien tiene experiencia en el tema de violencia doméstica tras estar al frente del Departamento de Violencia Intrafamiliar (Devif) de la Policía Nacional, indicó que la agresión en este entorno familiar influye a que el niño (quien representa la imagen infantil en el hogar) repita el mismo accionar cuando sea adulto.
Destacó la importancia de tratar este tipo de temas en conversatorios como el congreso de seguridad, debido a su complejidad.
Para la psicóloga clínica y magíster en terapia familiar Malena Lemo, el típico agresor tiene una personalidad depresiva y un nivel de estrés alto. “Este tipo de persona siempre necesita apoyarse en alguien”, acotó.
Igual pasa con la mujer agredida que tiene la autoestima baja, ya que se aferra a la pareja creyendo que la va a amar y proteger.
La víctima está cegada
La especialista reveló que cuando están en la etapa de enamoramiento la víctima no ve todas las características que tiene su pareja. Ya cuando conviven en el hogar, las conductas vinculadas al grito, agresiones, irritabilidad constante y la humillación surgen.
Dijo que, en la mayoría de los casos, ambos vienen de familias en las que la violencia doméstica ha sido común. Liz Ivett Meléndez López, una de las especialistas invitadas a participar del evento, fue la encargada de analizar lo alarmante de esta problemática mediante el título: “Crímenes contra mujeres y los retos que plantea la desigualdad de género para la seguridad ciudadana”.
Su intervención se basó en la importancia de frenar las agresiones dentro del entorno familiar por las consecuencias que pueden haber, como el femicidio o asesinato.
Las recomendaciones serán tomadas en cuenta para un plan
El “II Congreso Internacional de Seguridad Ciudadana” es desarrollado con el fin de analizar los principales problemas sociales relacionados con la inseguridad y la violencia.
El evento permitiría recopilar las experiencias para incluirlas en las acciones orientadas a reforzar la seguridad en la ciudad. Durante el congreso se abordarán temas vinculados con crímenes contra las mujeres, legislación penal, entre otros.