El juez Carlos Dávila negó el pedido de habeas corpus a la familia de Álvaro N., quien desapareció en 2011 del hospital Eugenio Espejo, en Quito. A esa casa de salud ingresó para recibir atención médica por la enfermedad de VIH, que fue diagnosticado meses atrás.

Según su madre Maribel Angulo, al llegar a la casa de salud no encontraron camilla y lo sentaron en una silla junto a la estación de enfermería. Le pusieron suero y le sacaron muestras de sangre. Esos reactivos contaminados entregaron a su madre, quien los tuvo una hora y media en sus manos, sin ningún protocolo médico de cuidado. Luego de ello, una enfermera le solicitó dejar las muestras en el laboratorio médico. Tardó 15 minutos en esa gestión. Al volver, no encontró a su hijo. La única respuesta que obtuvo de las enfermeras fue que "le dejaron de ver". Siete años después, la mujer sigue buscando respuestas sobre la desaparición de su hijo.

El magistrado Dávila ordenó remitir el expediente a la Fiscalía de Pichincha para que investigue el caso.

Mario Melo, abogado de la familia, señaló que la sentencia del juez fue "compleja" y deben analizarla. A su criterio el magistrado reconoce que hay indicios de una desaparición forzada, "por eso dispuso que la Fiscalía inicie las investigaciones ya como un caso penal por desaparición forzada".

Angulo, madre del joven, recibió la decisión del juez "con mucho dolor y pena". A su criterio, el hecho se trató de una "evidente desaparición forzada".

Calificó como un avance el hecho de que se remita el expediente a la Fiscalía, "pero luego se trunca, todo le dicen sí, pero no le informan, hacen lo que quieren, eso ya me ha pasado en los 7 años, todos los años ha sido así".

La mujer señaló que aunque le cueste la vida "seguirá buscando a Álvaro, no se pudo haber esfumado, es un ser humano que estuvo allí en el hospital Eugenio Espejo". (I)