El Ministerio de Justicia ha puesto en marcha el nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, con el que apunta, hasta 2017, a mejorar notablemente las condiciones de las personas privadas de la libertad (PPL).

Esto incluye una forma digna de vivir dentro de los reclusorios y una ayuda constante a estos, para que al salir de la cárcel puedan cumplir un rol favorable para la sociedad.

Para este fin ha construido una cárcel en Guayaquil -a un costo de 60 millones de dólares- y edifica dos más con las mismas características en Cuenca y Latacunga. También ha creado un plan estratégico con ejes de desarrollo, que incluyen un arduo trabajo con los reos, su formación como personas, ayuda emocional y consejos para aplicarlos al momento de salir de prisión.

El terminar con el hacinamiento carcelario es un plan que se espera no vaya más allá de los próximos cinco años. Acabar con las mafias es una misión que se puede lograr, en parte, sacando de circulación el dinero físico de las cárceles y para esto la cartera de Estado mencionada ejecutará un economato que se manejará por tiques que serán entregados a las PPL.

Pero nada de esto puede ser posible si no se trabaja de una manera integrada y, en ese plano, los guías penitenciarios constituyen un pilar dentro del plan estructurado. Durante muchos años, gran parte de la corrupción en el interior de los reclusorios del país se debía a que, en buen número, los vigilantes pedían coimas a los reos.

Las PPL pagaban determinado valor y podían consumir droga e ingerir alcohol con tranquilidad. Muchas veces los propios celadores han sido los proveedores de productos ilegales a los presos. Era una red delictiva que bien se podría considerar como una mafia.

Para erradicar este mal, el Ministerio de Justicia ha creado la Escuela Penitenciaria, entidad que está encargada de preparar a los guías en una forma adecuada. Es un espacio académico de formación, capacitación, investigación, análisis y discusión de agentes de tratamientos penitenciarios.

En este lugar se forman celadores y otros colaboradores (personal administrativo y profesionales del sitema) con exigentes mallas curriculares. La base de la entidad está ubicada en Bahía de Caráquez, provincia de Manabí, y posee el personal y los implementos necesarios para la capacitación del personal.

El Modelo de Gestión Penitenciaria realiza un exhaustivo proceso de convocatoria, selección y capacitación inicial a los nuevos aspirantes a guías carcelarios. Pero la preparación no es solo para ingresar a laborar, sino que se realiza de manera constante.

Rafael Correa, presidente de la República, en alguna ocasión mencionó que el problema de la corrupción de guardias es algo que se debe erradicar de manera tajante del sistema carcelario. “Si es posible, que todos los guías que ingresan se realicen la prueba del polígrafo, así evitamos que sucedan otras fugas como sucedió en ‘La Roca’, que se dio por corrupción”.

En la Escuela Penitenciaria se preparan, además, profesionales que están ligados estrictamente al proceso carcelario, como lo son en las áreas de psicología, trabajo social y abogados, quienes laboran en varios centros correccionales en todo el territorio nacional.