Fiscalía pide a los policías judiciales cero corrupción
Diciembre 7 de 2007, el vehículo de Segundo Sigilfredo -nombre real omitido por el denunciante- que fue recuperado tras un robo, fue detectado por el sistema “Ojo de águila”, de la Corporación Ciudadana. El automóvil estaba estacionado en las calles García Avilés y Colón. Oportunamente, el perjudicado puso la denuncia del robo, pero nunca terminó el proceso para que el automotor ya no conste en la base informática de la Policía Nacional por lo que el automotor fue trasladado a los patios de la Policía Judicial. La gestión era simple: seguir unos trámites con el fiscal, un informe del policía judicial y retirarlo.
El primer paso fue sencillo y rápido con la entrega de los documentos. Transcurrió una semana para que la Comisión de Tránsito entregue la historia de dominio. Sin embargo, el segundo paso, a cargo del policía judicial, tardó casi dos meses. “Realmente era un problema. El policía demoró en tomar las declaraciones y para que entregue el informe pasaron más de tres semanas. Al final me dijo: ‘No hay cariño con usted’ en alusión a que nunca entregué un solo centavo contó este hombre. Y agregó que “el mismo día que saqué mi carro, una persona con mi mismo problema retiró su vehículo en menos de 24 horas”.
Las autoridades esperan que hechos como estos no se repitan con los nuevos policías judiciales. El miércoles anterior el Departamento de Acreditaciones de la Fiscalía entregó las credenciales a 1.127 nuevos agentes especializados que trabajan directamente con los agentes.
No a la corrupción
Pedro Ortega Andrade, delegado del fiscal del Guayas, en el acto de entrega de acreditaciones, manifestó que aquellos nuevos aspirantes a policías nacionales no deben permitir que ninguna forma de corrupción los afecte.
Agregó que esta actitud debe ser aplicada a todos: desde el más pequeño de los niños hasta el más pobre de la calle, desde la víctima más humilde de un delito, hasta el anciano más desvalido. “Prometan sus mayores esfuerzos como investigadores, dedicar el tiempo que sea necesario, no porque deban cumplir con una orden, una meta o un número determinado de informes, sino porque es justo conocer la realidad de los hechos completamente”, enfatizó Ortega.
Investigación técnica
José Serrano, jefe de la Policía Judicial del Guayas, precisó que los nuevos uniformados tienen las herramientas de la investigación criminal sobre la base de métodos técnico-científicos para dar con el paradero de los posibles autores, cómplices y encubridores.
Reveló que desde noviembre de 2010 han desarrollado una permanente y efectiva coordinación, alcanzando un alto nivel investigativo para resolver casos. “Si bien es cierto el fiscal es quien dirige la investigación, siempre se respalda en el agente de Policía, porque es quien conoce el medio, conoce a la gente, su psicología, tiene iniciativa para investigar, estudia las fuentes, conoce los lugares vulnerables donde se refugia, habla con los informantes y sabe cómo piensan”, explicó.
Los uniformados nacionales que pasaron a ser policías judiciales debieron aprobar un estricto curso de aproximadamente cuatro meses, basado en la metodología moderna de la investigación científica que rige en varios países del mundo, señaló Stalin Valladares, quien es subteniente y nuevo miembro del cuerpo de agentes de investigación.