Familiares de tres desaparecidos exigen explicaciones en dos hospitales públicos
En el primer semestre de 2021 se estima conocer la sentencia por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) sobre el caso de desaparición de Luis Eduardo Guachalá, en contra del estado Ecuatoriano.
La resolución entró a deliberación, luego de que el pasado miércoles 25 y jueves 26 se escucharan las partes procesales. La audiencia estuvo a cargo de la jueza Elizabeth Odio Benito, quien ordenó a las partes que envíen sus alegatos escritos hasta el 5 de enero de 2021.
El caso versa sobre la desaparición de Luis Eduardo (23 años) cuyo rastro se desconoció poco después de haber sido internado en el Hospital Julio Endara, sector de Conocoto (Pichincha).
No solo se trata de un caso de desaparición, sino también de un hecho que deja en incertidumbre a otras familias que viven el mismo sufrimiento, a causa de la pérdida de familiares en casas asistenciales públicas, denunció la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh), mediante un informe.
Hay un segundo caso en el que nuevamente está involucrada esta casa de salud, según el informe de Inredh.
Rosa Witt, hermana de Fausto Witt (36 años), lo internó en esa misma casa de salud. El 14 de octubre de 1999 le informaron que su hermano desapareció. Rosa lo buscó por el hospital, morgues y quebradas, pero no lo encontró.
Cinco días después, el 19 de octubre de 1999, presentó la denuncia por la desaparición de Fausto, pero no ha habido una búsqueda efectiva.
"De 1999 a 2013 no hubo ningún proceso investigativo, solo en el 2009 en el centro histórico de Quito se encontró un cuerpo físicamente parecido a Fausto – comenta Rosa-, el antropólogo forense dijo que no se trataba de mi hermano después del cotejamiento”.
El 13 de enero de 2013, el caso se reactivó con el apoyo de Walter Garzón, pero las investigaciones iniciaron de cero. Se realizaron barridos por el hospital, pero no hubo resultados, así como incongruencias en las fechas de la supuesta alta que recibió Fausto; las autoridades hospitalarias tampoco han proporcionado información.
Rosa inició la investigación por cuenta. Empezó por hablar con el guardia de seguridad del hospital, quien relató que no había suficiente vigilancia y que solo la entrada del hospital tenía vigilancia, el resto no.
Rosa recuerda que en su relato el guardia señaló que se ha registrado casos de violencia sexual en la casa de salud, pero no se ha investigado.
“Haré un reclamo internacional porque aquí no hay respuesta del Estado. Voy a seguir has las últimas consecuencias porque alguien debe responder por la desaparición de mi hermano, es una vida y son 21 años sin que sepa nada. En mis días y noches, cada instante pienso en él”.
Uno de sus cinco hijos desapareció hace seis años
Maribel Angulo también se mantiene en búsqueda de su hijo, Álvaro (27 años) a quien lo describió como una persona alegre, hasta que en julio de 2007, los doctores le diagnosticaron VIH.
En la madrugada del 14 de marzo de 2011, Álvaro fue al hospital Público Eugenio Espejo. A las 10:00 fue ingresado por emergencia, pero debido a que no hubo camillas, se sentó en una silla con un suero. Le tomaron una muestra de sangre y la enfermera envió a su madre al laboratorio a dejar la muestra.
Según informó Inredh, Maribel no tardó más de 15 minutos en regresar cuando vio que su hijo no estaba. La madre preocupada lo buscó en la casa de salud y los alrededores, hasta las 20:00.
Maribel no pudo hacer la denuncia porque la Policía le advirtió que debía esperar 48 horas. Aun así la madre inició la búsqueda pegando panfletos por el hospital y las calles e incluso viajó por Esmeraldas, Babahoyo, sin resultados.
"Él no podía levantarse por sí solo, pues cuando fue ingresado a emergencia estaba apoyado de mí y su hermano, algo le pasó en el hospital. Este dolor es solo comparable con mi impulso de exigir tu búsqueda, que me devuelva el hospital, que me devuelva el Estado a mi hijo”, expresó Maribel.
Las investigaciones estancadas
Los tres casos se encuentran en investigación previa en la Unidad de Personas Desaparecidas de la Fiscalía General del Estado que fue creada en el 2013 para dar respuesta a esta problemática social.
Sin embargo, los familiares de personas desaparecidas denuncian que existen constantes cambios de fiscales y agentes policiales lo cual afecta a las investigaciones.
A esto se suma la falta de capacitación y sensibilización de las y los funcionarios públicos.
Rosa recuerda que la Policía realizó un barrido para buscar a Fausto, pero lo hicieron sin personal de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) ni otras unidades, solo estuvo la Fiscalía y personal de la Defensoría del Pueblo (DPE). Ahora las investigaciones se encuentran paralizadas por la pandemia.
Situación similar vive, doña Zoila al buscar a su hijo. La Fiscalía realizó la reconstrucción de los hechos 13 años después de la desaparición de Luis Eduardo y la diligencia no arrojó resultados. Sin respuestas en Ecuador, doña Zoila junto a Inredh y el Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador presentaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 1 de marzo de 2007. (I)