Una madre de 6 menores de edad llegó al parque de la isla Puná, parroquia de Guayaquil, en busca de ayuda. Bajo un árbol estaba personal del Consejo de la Judicatura (CJ) explicando que mediante la mediación, que no es más que el diálogo entre las partes, se puede resolver conflictos o llegar a acuerdos.

Ese día 35 personas se acercaron donde los funcionarios a solicitar audiencias. Éstas se realizarán desde las 10:00 del 15 de agosto. Los interesados recibieron las notificaciones que deben entregarle a su demandado, a los que prefieren llamar invitados.

En caso de que la relación no sea amable entre ellos pueden pedir ayuda a los agentes de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC).

La mujer, de unos 30 años, recibe del padre de los menores $ 40 cada 25 días y obviamente comenta que eso no le alcanza.

Así fue la mayoría de casos que dieron los pobladores de esa parroquia. Verónica Naranjo, de 31 años, y Luisa Delgado, de 41 años, llegaron juntas. Ambas buscan audiencia para regular la pensión alimenticia.

La primera tiene 3 hijos y hace más de 2 años ha intentado llegar a un acuerdo con su expareja. Sin embargo, cuenta que no le contesta el celular y los mensajes que le manda con conocidos tampoco tienen respuesta. “No le interesa ni cómo están los niños”, lamenta.

Luisa, en cambio, tiene 5 hijos, pero solo recibe la manutención de 3 de estos. Ella expresa que la llegada del Consejo de la Judicatura, así haya sido un momento, la ayuda ya que de lo contrario debe viajar a la ciudad y cada pasaje cuesta $ 6 y también deben gastar en la movilización hacia las unidades judiciales.

Mientras ella relataba las dificultades, 3 hombres arreglaban un trasmallo negro, pues la principal actividad de los habitantes de Puná es la pesca. También se dedican a la agricultura y justamente comentaban que este año la producción de la chirimoya fue escasa.

Wilson Gómez, jefe de Promoción de Mediación del CJ, indicó que entre los problemas que se presentaron en la isla fue que muchos niños aún no han sido inscritos y que algunas personas no tienen cédula de identidad.

“No hemos dejado de recibir sus peticiones, pero estamos coordinando acciones con las instituciones para que obtengan la documentación”.

Además, explicó que se ha diseñado un mapa para ejecutar jornadas de mediación itinerantes en Manglaralto, El Triunfo, Samborondón, Salitre, entre otras, sobre todo por las distancias.

“En algunos de estos lugares haremos visitas intermitentes, es decir unas 2 o 3 veces por semana. Contamos con puntos de atención en complejos judiciales y UPC”.

En caso de que los invitados no se presenten, se los vuelve a notificar, eso puede hacerse 2 veces. “Esto es un proceso voluntario, pero si no llega se hace un escrito que luego se puede presentar ante un juez como prueba de que se buscó el diálogo”.

Gómez destacó que con la mediación se pueden resolver casos de materia familiar (fijación de pensión alimenticia, régimen de visitas, tenencia, ayuda prenatal); materia civil como deudas, liquidación de sociedad conyugal, demarcación de linderos, partición voluntaria de bienes sucesorios, inquilinato y temas vecinales. También, en materias laborales, mercantiles, asuntos comunitarios y tránsito sin resultado de muerte.

De los 35.939 casos ingresados en Ecuador, durante el primer semestre de 2015, 13.510 llegaron a acuerdo de mediación. En Guayas se conocieron 5.398 hechos y 2.014 se resolvieron.

Entre otros casos que se presentaron estuvo el de una abuela que desea dialogar con su nuera, una joven de 18 años que maltrata al hijo que tuvo hace 5 meses.

“Me lo deja todos los días en la casa. Cuando lo carga le hala sus brazos duro, lo insulta, le pega. Quiero saber si quiere que yo me haga cargo de él, pero que quede en un papel, no quiero que luego su familia lo reclame o diga que yo me lo robé”.

Los hombres también se acercaron. Julián Pérez quiere resolver un conflicto con un vecino que se le adueñó de un terreno que le dejaron sus padres como herencia.

Esta no sería la primera vez que lo hace. “Antes ya nos quitó un espacio, pero para evitar problemas no le dijimos nada. Por eso sigue abusando”. (I)