En las universidades bajó a 35% el número de aspirantes a comunicadores
El 90% de crímenes de reporteros sigue impune
México.-
Cuando Carlos David Chávez, universitario del estado mexicano de Veracruz, decidió estudiar comunicación, su padre reaccionó dramáticamente: “¿Quieres ser periodista? Te vas a morir de hambre, no vas a tener trabajo. ¡Te van a asesinar!”.
México figura entre los países más peligrosos para ejercer el periodismo con más de un centenar de comunicadores asesinados por causas ligadas a su trabajo desde el 2000. Una veintena de ellos fueron ultimados en Veracruz, la región más letal del país.
A tiros mataron al periodista Cándido Ríos. Es el décimo comunicador que cae este año en México y el tercero en Veracruz, luego de Ricardo Monlui, director del diario El Político, y de Edwin Rivera, camarógrafo hondureño que se autoexilió tras ser amenazado.
Muchos de los crímenes ocurren en pleno día, en total impunidad. Más del 90% están sin castigo. Algunos son atribuidos al narcotráfico que golpea a México desde hace una década, otros a la autoridad misma.
Esta violencia, sumada al escaso mercado laboral y bajos salarios para un oficio sin horario -de $ 300 a $ 700 mensuales promedio-, se resiente en las escuelas de periodismo, donde contados jóvenes sueñan con ser reporteros.
“Ha disminuido enormemente el gusto por el periodismo ‘reporteril’, del que va al campo, el que va a levantar información. Y específicamente aquellos que quieren dedicarse a la sección policíaca”, indica Marco Malpica, director de la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana.
Este centro de estudios superiores, localizado en Veracruz y la primera entidad pública en ofrecer periodismo, registró en 5 años una caída de 35% en el número de aspirantes a Comunicación.
La Escuela de Periodismo Carlos Septién García, una institución privada en Ciudad de México y decana de la especialidad en el país, comenzó este año un nuevo curso con 75 alumnos contra 110 de hace un lustro. Es resultado, entre otros factores, del deterioro de las condiciones del trabajo periodístico, reconoce su director, Víctor Hugo Villalva.
“Terminaría en un hoyo”
Artículo 19, organización defensora de la libertad de prensa, observa preocupada esta violenta escalada y sus implicaciones para el desarrollo democrático en México.
“La falta de nuevas generaciones de periodistas hará que existan vacíos en la historia, que las verdades oficiales no puedan ser contrastadas con otras verdades. No habrá posibilidades de conocer la verdad, de generar memoria. Esto hace perpetua la censura”, dice Ana Ruelas, directora de Artículo 19 en México.
Estefani Gámez, de 18 años, estudiante de la Universidad Veracruzana, sostiene que lo suyo es la fotografía artística. Del fotoperiodismo no quiere saber nada. “Terminaría en un hoyo, en alguna fosa común”.
Carlos David Chávez, de 22 años, cuenta que tranquilizó a su padre cuando le mencionó que se especializará en comunicación organizacional. No le atrae el periodismo porque, junto con la violencia, “algunos medios han perdido la ética, solo les importa vender cuando hay un asesinato”.
Ángel Antúnez, de 18 años, y originario del balneario de Acapulco, entre las localidades mexicanas más violentas de México, inicia sus estudios en la escuela Carlos Septién García. Sueña con un programa televisivo y es consciente del riesgo de ser periodista, sobre todo en su ciudad natal. “Es como preguntarle a un doctor si teme que se le muera un paciente. Eso se va quitando con la experiencia, pero obviamente siempre habrá cierto miedo”.
Nuevas alternativas
A Malpica se le quiebra la voz cuando se le pregunta sobre los egresados de la Veracruzana asesinados. “Pierdo el número”, expresa al reconocer el impacto de estos crímenes entre los estudiantes.
Solo 20% quiere especializarse en periodismo, 50% busca comunicación organizacional y 30% elige tecnologías. “Y de los periodistas, se inclinan más por lo deportivo, financiero o conducir noticieros”.
La Carlos Septién García, enfocada al trabajo periodístico, registra la misma tendencia mientras que los padres son quienes más se inquietan por la violencia. “Damos pláticas informativas y nos interesa que también vengan los padres y generalmente hay un cuestionamiento sobre el futuro laboral, el asunto de la seguridad, la violencia”, explica el director Villalva.
La Universidad Nacional Autónoma de México no es ajena a esta decepción, reconoce Víctor Manuel Juárez, exreportero, columnista y vocero de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. “Los jóvenes van más por marketing, producción y realización televisiva, les atrae salir en televisión. Paradójicamente, aun cuando Comunicación es la carrera más demandada de las ciencias sociales, es la que menos reporteros produce”. (I)