“Don Esteban” estuvo radicado en Estados Unidos desde la década del 60. Cuenta que en aquella época no había un día en el que al caminar por las calles de Nueva York  no le ofrecieran trabajo.

Este guayaquileño de 72 años, que regresó jubilado a Ecuador en 2008, recibe una pensión del país norteamericano, con lo que se mantiene sin problemas.

Afirma vivir cómodo con ese dinero que percibe mensualmente, pero además tiene un negocio al que considera rentable: el “chulco”.

“Del dinero que había reunido durante mi vida en Nueva York me compré una casa (en La Alborada), un carro y viajé por todo el país. Me quedaron como 50.000 dólares, de los que tengo prestado casi la mitad. Eso me deja buenas ganancias al mes, pero, eso sí, soy estricto con los cobros”, menciona “Esteban”.

“Esteban” solo presta dinero con garantías. Coge escrituras de casas y hace firmar pagarés a sus clientesContrario al manejo de los colombianos, quienes por lo general no receptan garantías, este guayaquileño -tiene un tatuaje de Jesucristo en su brazo derecho y una medallita de la Virgen María que cuelga de una gran cadena de oro en su cuello- pide escrituras de casas y hace firmar pagarés a sus clientes.

“Esto es un negocio y hay que manejarlo así. Nadie se queda sin pagar, ya que saben que pueden perder la casa”, expresa.

“Esteban” tiene un amigo de muchos años que también está metido en el acto ilícito de la usura. Se trata de “Pedro”, que también vivió parte de su vida en Estados Unidos, pero tuvo que volver a Guayaquil debido a que lo querían matar.

“Voy a ser sincero, yo estuve metido con mafiosos italianos, gané mucha plata, pero asimismo la despilfarré. Yo me regresé a Ecuador en 2002, porque mis propios compañeros me querían ‘colgar’”, cuenta “Pedro”, quien relata que sí ha tenido que realizar cobros de forma agresiva debido al “chulco”.

“Yo tengo mi zona de trabajo en Bastión Popular y La Florida. Sí he tenido que usar mi arma para cobrar una plata. Le disparé a un tipo que se me quiso pasar de vivo. No me denunció porque sabía que yo lo mataba si lo hacía. Se demoró varios meses en pagarme, pero lo hizo”, manifiesta el exmafioso.

“Doña Martha” no maneja las cantidades de dinero que “Esteban” y “Pedro”, pero ella también se dedica a la usura. Al hablar del tema, la mujer de 54 años afirma que desconocía que este negocio era ilegal.

“Yo presto al 20 por ciento mensual. Solo le doy a conocidos que tengo en el sector por donde vivo. Como todo es en confianza, siempre me pagan, nunca nadie me ha quedado mal. Este dinero me deja para la comida”, destaca.

Contra la ley

El delito del “chulco” se tipifica en los artículos del 583 al 585 del Código Penal. Quienes incurran en esta falta deberán pagar penas de 6 meses hasta 2 años. Las multas económicas son entre 16 y 311 dólares.

El Ministerio del Interior ofrece una recompensa de hasta $ 50.000 a quienes den informaciones acerca de los “chulqueros”.