Las cientos de cajas con juicios activos y en trámite en materias Civil y Penal, que fueron trasladadas hacia los nuevos lugares, desde donde ayer comenzaron a funcionar los juzgados, aún son arregladas. El traspaso se dio luego de que el edificio del Palacio de Justicia de Pichincha fuera adquirido por la Asamblea Nacional para remodelarlo y convertirlo en oficinas.

El cambio se realizó el fin de semana y alrededor de 200 funcionarios judiciales, entre jueces, secretarias y ayudantes, ocuparon sus nuevos puestos de trabajo en tres distintos sectores del norte de Quito. Según Tania Arias, vocal del Consejo de la Judicatura de Transición (CJT), se priorizó la reubicación de juzgados por materias, de los tres edificios, uno es arrendado y el resto es de propiedad del CJT.

Aún faltan ser reubicados tres juzgados penales. El 1, 2 y 13 todavía funcionan en el edificio Benalcázar Mil, centro norte de Quito, ahí también se encuentran los de contravenciones y de adolescentes infractores. La primera unificación que se hizo fue con los tribunales penales, que se encuentran en un mismo edificio al norte de Quito,   hasta el próximo diciembre, cuando se inaugurará la primera fase del nuevo complejo judicial, ubicado en el sector El Pedregal, sobre la avenida Occidental.

En el sur de Quito, específicamente la zona de Quitumbe, en las próximas semanas se iniciará la construcción del segundo complejo judicial. Arias dijo que se entregaron boletines en los casilleros judiciales de los abogados para que conozcan las nuevas direcciones de los juzgados, también se publicaron en la prensa y en la página web.

Luis Enrique, presidente del Tribunal Cuarto de Garantías Penales de Pichincha, manifestó que se ha trabajo con normalidad, incluso ya se desarrollaron audiencias en las nuevas instalaciones. “El archivo pasivo de los procesos concluidos de este tribunal ya quedó almacenado respectivamente”, señaló. Actualmente, este tribunal tiene alrededor de 50 casos activos que se encuentran en etapa de sustanciación, en la que trabajan  ocho personas.

Según Enríquez, la unificación de los tribunales penales mejora la movilización de los procesados. Sin embargo, algunos abogados están inconformes con los cambios, pues sus oficinas ubicadas en los alrededores del Palacio de Justicia, durante años, ahora se encuentran lejos de las nuevas dependencias.

Juan José Pazmiño, quien trabaja en el libre ejercicio, indicó que al encontrarse separados los juzgados Civil y Penal, que son su área de trabajo, se pierde tiempo en la movilización de un lado a otro.

Con su hija en brazos, Narcisa Sánchez llegó hasta los nuevos juzgados civiles, en busca de una boleta de apremio en contra del padre de su pequeña por no haber cancelado el valor de la pensión alimenticia, luego de haber ido hasta los juzgados anteriores, se trasladó a las nuevas instalaciones.

Sin embargo, dos horas después de haber llegado, expresó su incomodidad  porque nadie le decía a donde debía ir, porque los funcionarios aún se instalaban y únicamente recibían escritos. Incluso las cajas de los procesos estaban en el piso para ser ubicados en los espacios destinados.

En el lugar también el personal adecuaba las oficinas. Raúl Mariño, juez Séptimo de lo Civil, señaló que por ser el primer día en las instalaciones había pocas personas, ya que muchas aún se dirigían al Palacio de Justicia, en donde se enteraban de las nuevas direcciones. Sin embargo, considera  que en el transcurso de la semana se normalizará.

En el Palacio de Justicia aún funcionan los juzgados de Contravenciones, de la Niñez y Adolescencia y el Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT), en donde laboran miembros de la Policía Nacional.

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