Mauricio P., de 24 años, salió de una fiesta el pasado fin de semana; como había tomado, le entregó las llaves de su carro a un amigo para que maneje, pero antes de llegar a su casa en el sector de La Armenia el auto chocó contra un poste, el supuesto conductor falleció y él quedó herido.

La Policía al llegar llamó a una ambulancia que llevó al joven al hospital y luego de 4 días fue conducido a la cárcel de tránsito de la Colón, en el norte de la capital, ya que se inició una investigación para determinar quién estaba manejando.

Desde noviembre de 2013 a junio de este año, 559 personas fueron detenidas a nivel nacional por manejar en estado de embriaguez. En estos 8 meses un total de 963 conductores fueron recluidos por distintas faltas de tránsito, según el Ministerio de Justicia.

Del total registrado en 8 meses, 208 personas tenían un nivel menor a 0.8 mg por litro en el examen de alcoholemia que se realiza obligatoriamente antes de la detención, mientras que 304 tenían más de 0.8 mg por litro de sangre.

El artículo 385 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) señala que si la persona registra de 0.3 a 0.8 mg  de alcohol por litro de  sangre, la prisión será de 5 días; si tiene entre 0.8 a 1.2 la pena sube a 15 días, y si supera ese límite, el arresto establecido es de 30 días, además de multa, reducción de puntos en la licencia o suspensión de la misma.

También fueron detenidas 47 personas en el país que conducían vehículos de servicio público; en este caso la ley es más estricta porque el nivel de tolerancia por consumo de alguna sustancia sicotrópica es cero, y en el caso del alcohol un nivel máximo de 0.1.

El médico Saúl Pacurucu, director del centro de rehabilitación de adicciones de Cuenca, explicó que el registro de alcoholemia varía según la persona, edad, tamaño o peso, incluso del estado de salud. “Por lo general, una mujer registra un 20% más alto de nivel de alcohol en la sangre que un hombre que haya consumido la misma cantidad”.

Sin embargo, la ingesta de un vaso de cerveza que registre 4 grados de alcohol o una copa de vino de 12 grados u otro tipo de bebida que contenga 10 grados de alcohol, señalará en una prueba de alcoholemia más de 0.3 mg por litro en la sangre.

Pacurucu explicó que la presencia de ese mínimo en las personas puede provocar dificultad en la marcha, así como la capacidad de calcular distancias o velocidad y afecta directamente a los reflejos.

El galeno considera que nadie que haya tomado debería conducir, así no marque el mínimo, “registrar 0.3 es grave, pero antes que prisión lo que debería haber es educación y tratamiento. El encierro provoca miedo, pero no conciencia sobre el problema que causa el alcohol”.

Cárceles municipales

La ministra de Justicia, Ledy Zúñiga, dijo que la nueva política de rehabilitación ha considerado como primera medida el traslado de las competencias de los centros de detención por infracciones de tránsito a los municipios.

Ya empezaron con el traslado de los presos de tránsito a cárceles  municipales de Quito, Cuenca e Ibarra, que están bajo la supervisión del Ministerio, el cual dará el soporte para que los internos tengan charlas educativas sobre la importancia del respeto a las leyes.

En el caso de los detenidos por estado de embriaguez, Zúñiga manifestó que implementarán programas de tratamiento mientras permanezcan recluidos. “Aprovecharemos ese tiempo para que los contraventores participen de charlas, a fin de que se concienticen sobre la importancia de cumplir las normas de tránsito”, manifestó la funcionaria.

Al momento hay 63 sitios para los contraventores a nivel nacional, incluidos centros de rehabilitación que tienen espacios para infractores.

Los contraventores que no superen los 90 días de sanción irán a estos sitios. Para los delitos de tránsito, que impliquen una pena superior, los infractores permanecerán en las cárceles municipales hasta que sean sentenciados, luego los trasladarán a centros de rehabilitación del Ministerio de Justicia.

Darío Tapia, funcionario de la Agencia Metropolitana de Tránsito de Quito, dijo que en septiembre inaugurarán una nueva cárcel en Calderón, con capacidad para 150 contraventores, con aulas y áreas de esparcimiento.

Además reubicaron en un local provisional del norte de la ciudad a 53 internos y 36 adicionales, que están en proceso de sentencia y permanecían en 3 centros administrados por la Policía.