Aunque no logró una medalla en París 2024, la historia de superación de Lisseth Ayoví es motivo de orgullo y esperanza para su comunidad en Machala.

Lisseth Ayoví cumplió 26 años en París, se ganó el público con su alegría y sus ganas al momento de levantar el mundo.

No se llevó una medalla de los Juegos Olímpicos de París 2024, pero trasciende el podio y la convierte en una verdadera campeona en la vida.

Esto es Ecuador carajo Lisseth Ayovi levantando 123KG increíble ???️‍♀️ “VAMOS ECUADOR” #JuegosOlimpicos pic.twitter.com/dDF9EJNtFa

— Huesitos de la comunicación (@Christo_crazy) August 11, 2024

Crecida en el barrio Nuevo Pilo de Machala, Lisseth encontró en el deporte la fuerza para evitar el camino de la violencia que atrapa a muchos jóvenes de su comunidad.

Desde pequeña, Ayoví enfrentó grandes desafíos. En su hogar, los recursos no alcanzaban para cubrir tanto sus estudios como su pasión por el deporte, y tuvo que tomar la difícil decisión de priorizar su carrera como levantadora de pesas.

A pesar de las dificultades y de haber sido excluida de la anterior edición de los Juegos Olímpicos por una decisión administrativa, Lisseth no se rindió.

Aunque en algún momento pensó en retirarse, algo dentro de ella le impidió abandonar su sueño.

Llegar a competir en París ya es un triunfo para Lisseth, y no solo por el logro deportivo, sino porque se ha convertido en un faro de esperanza para los niños de Nuevo Pilo y de las zonas marginadas de Machala.

Lisseth Ayoví se ha erigido como embajadora de la vida.

Su historia es un recordatorio de que el verdadero valor de un atleta no se mide únicamente en medallas, sino en la capacidad de inspirar y transformar vidas.