El albergue de San Lorenzo recibe a desplazados de Mataje
En el patio de la Arquidiócesis de San Lorenzo los niños juegan con tillos de colores. Los lanzan al piso como si fueran canicas. Así matan los minutos mientras están lejos de su casa.
Todos vivían en Mataje, la parroquia de la frontera con Colombia que se convirtió en el epicentro de la violencia detonada por alias "Guacho" y su Frente Oliver Sinisterra. Ahora tiene un centro de acogida temporal en San Lorenzo.
El domingo 15 de abril, los moradores de Mataje decidieron dejar sus casas. Lo hicieron voluntariamente porque no querían verse en la mitad de un posible enfrentamiento y se asustaron por el operativo que dos días antes ejecutaron militares y policías en esa zona.
“No hubo amenazas de ‘Guacho’ como dijeron en un noticiero”, dice un líder comunitario, quien pide que se haga pública esa aclaración.
La violencia de "Los Guachos" también está matando a Mataje. Allí se ejecutó el atentado contra la patrulla de infantes de la Marina que dejó cuatro muertos y 10 heridos. Pero también en sus calles fueron secuestrados el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y conductor Efraín Segarra, quienes fueron asesinados 18 días después.
El líder comunitario recuerda que antes llegaban todos los fines de semana los turistas para aprovechar su balneario natural y la belleza del río Mataje, el único afluente que no está contaminado por la minería ilegal. Ahora todo cambió.
Mataje está desolado, hay pocos habitantes que aún están en sus casas. Los que decidieron salir de la parroquia han sido recibidos por amigos y familiares, mientras que otros están en el albergue de San Lorenzo.
El alcalde del cantón esmeraldeño, Gustavo Samaniego, informó que en este centro de acogida se encuentran, hasta el momento, 52 familias que reúnen a 143 personas. Ellas reciben la atención de todas las instituciones que se activaron con la emergencia. Entre ellas están el Municipio y los ministerios de Salud, Educación, Bienestar Social y la Secretaria de Riesgos. Todos están resguardados por la Policía y la Marina.
Por pedido de las familias no se permite tomar fotografías del interior del albergue. Se les han entregado kits de aseo; se adecuaron camas y reciben la comida para su manutención.
Carlos Basantes, subsecretario de Preparación y Respuestas de la Secretaría de Riegos, sostuvo que este es el primer y único centro de acogida temporal que se encuentra abierto por la emergencia de la frontera norte. No obstante, si la situación se complica han evaluado otros lugares donde pueden recibir a más desplazados.
La convivencia en el centro es tranquila. Hay reglas claras para que no existan inconvenientes. Por ejemplo, todos deben ayudar en el aseo, los niños no pueden estar en la cocina y no se pueden consumir alcohol o cigarrillos.
El deseo del líder comunitario es retornar pronto a su querido Mataje, volver a bañarse en su balneario y recibir nuevamente a los turistas. (I)