La Federación Mexicana de Fútbol confirmó hoy que el amistoso con Brasil del 11 de octubre se jugará en la ciudad de Torreón, donde recientemente ocurrió un tiroteo en los alrededores del estadio Corona.

"El partido contra Brasil sigue viento en popa", declaró el secretario general de la Federación, Decio de María Serrano, al terminar una reunión del comité interno de seguridad del organismo que da seguimiento a los acuerdos con el gobierno sobre la materia.

Un tiroteo ocurrido en las inmediaciones del estadio Corona el pasado 20 de agosto, causó pánico en la cancha y en las tribunas y forzó a sus suspensión luego de que los jugadores se metieron a los vestuarios y los aficionados bajaron al césped.

Por este incidente, no relacionado directamente con el fútbol, se comenzó a especular que el amistoso con Brasil cambiaría de escenario, lo que quedó descartado tras la posición anunciada por la Federación.

Este fin de semana, el Santos abrirá su estadio por primera vez desde esos incidentes, para enfrentar a las Chivas del Guadalajara, líderes del torneo, en la disputa de la octava jornada del torneo Apertura 2011 del fútbol mexicano.

La Federación destacó el saldo blanco de los sucesos en el Corona como resultado directo de las medidas y protocolos de seguridad que actualmente aplica en el fútbol mexicano en los estadios durante los partidos.

A raíz de estos sucesos, la invasión de cancha en el Estadio Corona, De María anunció que la Federación buscará que sean retiradas todas las mallas metálicas de los estadios de fútbol en México, como parte de la revisión a los protocolos de seguridad

Entre los estadios que actualmente tienen rejas metálicas que separan la cancha de las tribunas están el Azteca, el Nemesio Díez, de Toluca; el Jalisco, de Guadalajara; el Olímpico, de Ciudad de México.

El Azul, de la misma ciudad; el Alfonso Lastras, de San Luis Potosí; el Universitario, de Monterrey; el Tecnológico, de la misma ciudad; el Cuauhtémoc, de Puebla; La Corregidora, de Querétaro; el "Tres de Marzo", de Zapopan, y el Caliente, de Tijuana. EFE