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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La décima corona está a la vista para el Madrid

El Real Madrid consiguió golear 4-0 al Tottenham en el partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Bernabéu, por lo que allana de manera casi definitiva su puesto entre los cuatro primeros, que deberá refrendar la semana que viene en Londres.

Un remate de cabeza de Emmanuel Adebayor (4’) a la salida de un tiro de esquina sirvió al conjunto de Jose Mourinho para encarrilarse hacia las semifinales del torneo.

A los 15’, el equipo inglés se quedó con un jugador menos por expulsión de Peter Crouch, y los locales sentenciaron en el segundo acto con otro testarazo del delantero togolés, un zapatazo soberbio del argentino Ángel Di María y el postrero tanto del portugués Cristiano Ronaldo.

El ariete africano dio la razón al DT luso, que pidió por activa y  pasiva un 9 en el mercado de invierno. Al final, el club acabó accediendo a su petición y la lesión de Benzema y  Higuaín han concedido protagonismo a Adebayor, quien ha amortizado su llegada con dos tantos que valen una clasificación a las “semis”.

Su estreno en el Bernabéu, contra el Sevilla en  Copa del Rey, fue esperanzador, luego los focos dejaron de apuntarle y ahora es el que más brilla. Dos cabezazos sublimes, de auténtico delantero centro, impulsan a su nuevo equipo, que a final de temporada tendrá que valorar si ejecuta su cláusula para ficharle.

Mourinho ya dijo que para él era algo “normal” que el nueve veces campeón de Europa superara el muro de octavos. Siete años después, el  Madrid volvió a saborear lo que es la mejor competición europea, con los últimos rayos del sol todavía sobrevolando el cielo de Madrid, el lujo que supone optar al trofeo.

Sin trivote y con Cristiano, Marcelo y Di María, el elenco madridista intimidó desde el inicio a su rival. El conjunto de Redknapp, que recuperó a Gareth Bale y Wiliam Gallas, era novato en estas lides y se notó.

Vaya que sí se notó. Acogotados desde el arranque y sin respuesta para lo que se les vino encima, el cuadro londinense se encontró con un gol en contra y un jugador menos cuando se quiso dar cuenta.

A Crouch, héroe de la anterior eliminatoria ante el  Milan y siempre una amenaza para la defensa rival por su altura (2,01 metros), se le cruzaron los cables y vio dos tarjetas amarillas al cuarto de hora.

Con un hombre menos, Rafael Van der Vaart, que retornaba al estadio que dejó hace ocho meses, se quedó como una isla en el ataque del Tottenham, siempre a merced de las acometidas de su rival.

Solo evitaron que el partido se cerrara antes Gareth Bale, soberbio futbolista que trabó a Sergio Ramos y tuvo la más clara para los suyos a la media hora cuando recibió un pase largo de Dawson, ganó la espalda del defensa andaluz y mandó el esférico al lateral de la red de Iker Casillas.

A la estrella galesa nada más le acompañó el talentoso croata Modric, demasiado exigido en labores defensivas por la inferioridad, pero que mostró capacidad de sacrificio y buenas ideas con el balón. No fue suficiente. El arquero Gomes vio cómo le llegaban desde todos lados.

Di María, Cristiano y, sobre todo Marcelo, pudieron ampliar la cuenta. En el 32’, cuatro antes de que Pepe viera una amarilla que le impedirá jugar la vuelta en Londres, el lateral brasileño puso un centro al segundo palo al que Ramos acudió en plancha, pero Adebayor no remató.

Tras la reanudación, Redknapp tiró de Defoe para volver a tener una referencia arriba, pero no sirvió de nada porque, salvo un tiro lejano de Assou-Ekotto que salió cerca de la meta local, los “Spurs” estuvieron en manos de un equipo que no quiso especular y no se guardó nada.

Un saque  en corto en el 57’, sirvió para que Marcelo colgara otro balón que embocó Adebayor. Con el envite allanado, Di María y puso el tercero, la guinda perfecta para una fiesta en la que no faltó el gol de Cristiano y a la que se sumó hasta Kaká, que no se libró  de los silbidos en el Bernabéu.

Así, el Madrid tendría casi asegurado su pase a “semis”, su competición por antonomasia. El “gran anhelo” de la entidad, como lo definió Florentino Pérez a inicio de año, está más cerca.  El “rey” de Europa vuelve a rugir y reclama su trono.

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