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El Telégrafo

Tres “plagas” agravan pobreza de Esmeraldas

Tres “plagas” agravan pobreza de Esmeraldas
01 de junio de 2011 - 00:00

Explotación Antitécnica
Fiebre del oro daña los ríos

Hace 15 años, las aguas de Esmeraldas eran relativamente limpias, pero llegó  la minería que destrozó, contaminó y envenenó los ríos que alimentan a las poblaciones cercanas.

Mineros informales de Colombia dejaron  secuelas  en sectores como  Minas Viejas, a orillas del río Bogotá. Estos daños son  producto  de explotaciones antiguas, realizadas con sistemas antitécnicos de extracción de oro, como la “Z concentradora”, que es un canalón en forma de Z de dos o tres pisos, donde se ponen bayetas para pasar  el material que se saca del río y capturar el oro, gracias a la amalgama  con  mercurio.

“Esta actividad   en Esmeraldas se remonta a finales de los 90”, explicó Édgar Almeida, coordinador general de exploración y explotación minera de la Agencia de Regulación y Control Minero.

“Los colombianos les  enseñaron a trabajar, porque esta ‘Z  concentradora’ fue traída de ese país”, dijo Almeida al afirmar que con esta técnica  se recupera entre el  50 y 55% del oro, el resto se queda en las  escombreras o en el río. Este método  no tiene un cálculo preciso  para la captura correcta del metal precioso y la cantidad de agua usada es excesiva, no hay estándares técnicos para el control.

Lo que buscan en Esmeraldas es oro aluvial y platino, pero no se ha precisado cuánto existe en la zona. De cada frente minero, la producción mínima es de una libra de oro semanal. La libra tiene 16 onzas. Hasta las 13:30 de ayer el precio de la onza de oro se ubicó en 1.538 dólares, con tendencia al alza. El gramo se cotizó a 49 dólares. “Por el alto precio del oro y los metales han proliferado estas minerías ilegales, y no solo es en Esmeraldas”, dijo Almeida.

Lorena Tapia, directora del Programa de Reparación Ambiental (PRA),  del Ministerio de Ambiente, anunció que   el plan de acción  para Esmeraldas estará listo mañana. Este plan incluirá una respuesta al problema minero allí.

Incluye áreas sociales, ambientales,  agua, salud y reparación.  “El tema de minería en Esmeraldas entrará en un proceso de responsabilidad compartida del Estado y el Ministerio de Ambiente asumirá  las líneas de reparación”,   sostuvo Tapia.

Almeida indicó que los dueños de las minas ilegales traen trabajadores de todas las zonas del país, así como también gente especializada para mantenimiento de retroexcavadoras y mecánicos.

Luis Herrera, autor de un estudio de concesiones mineras, precisó que las condiciones laborales  son complejas, pues  hay personas que trabajan en altas condiciones de riesgo y en medio de contaminación ambiental. También existe trabajo infantil. “La minería que se conoce aquí todavía no es una minería de garantías socioambientales (...), es una herencia muy grande”, aclaró.

Dany Yánez, experto ambiental, señaló  que, como producto de la explotación ilegal y antitécnica en la cuenca del río Santiago, en Esmeraldas, el arsénico escapa  del suelo del río cuando los mineros mueven  material con las  retroexcavadoras.

“El arsénico no es parte de su proceso minero, pero sí se han determinado anomalías por presencia de este elemento en la zona.  Los mineros remueven la tierra, los sedimentos, y provocan la contaminación. El arsénico se levanta del suelo de los ríos al remover la tierra y contamina”, dijo Yánez.

Este mineral provoca en la gente  Hidroarcenicismo crónico regional endémico (Hacre). Sus síntomas son lesiones en la piel y puede ocasionar cáncer en órganos internos. Los límites permitidos son de 5 miligramos por kilogramo de suelo. En la zona hay hasta 15.    

En cuanto al mercurio, usado en el proceso de recuperación del oro,  causa dos tipos de intoxicaciones: aguda y crónica, según como se introduzca  en el ser humano. En la parte aguda puede entrar por inhalación y el contacto con los ojos.  Crónica es cuando existe  exposición prolongada y afecta a riñones, sistema nervioso y cerebro.

Los llamados “playeros” son los más expuestos al mercurio.

 

Agua contaminada
Población sufre riesgo de cáncer

El consumo de agua  y alimentos contaminados, con minerales,   metales pesados  y heces fecales provoca  infecciones intestinales y cáncer de  piel, vejiga y pulmones.

Esta realidad  se revela en el informe técnico   de  la calidad de agua del río Cayapas. El afluente   recorre los  cantones Eloy Alfaro y San  Lorenzo, localidades  donde se realizó,   el  pasado  21 de mayo,  el operativo militar  para erradicar la minería ilegal y  evitar la contaminación de los ríos y la depredación   de los  bosques.

La investigación   inició   tras recibir varias denuncias sobre  actividades ilegales de minería en los dos cantones  y, como consecuencia,  la contaminación del  sistema hídrico de Esmeraldas,  que cuenta con   19 ríos; entre ellos:    Santiago,  Uimbí, Bogotá, Tululbí, Palabí,  Cayapas,  Esmeraldas,  Blanco,  Guayllabamba, Toachi,  Quinindé, Caoní, Cojimíes (Balzar),  Atacames, San Francisco,  Bunche,  Muisne y Río Verde.

El estudio   plantea, a modo de conclusión,  que las consecuencias de la contaminación del agua, la deforestación y el consumo de alimentos   se reflejarán en la población  y el ecosistema a corto, mediano y largo plazo. El informe lo realizaron los técnicos de  la Secretaria Nacional del Agua (Senagua): Viviana Guzmán, Alejandro Cevallos y Héctor Larreátegui en diciembre de 2010.

Esmeraldas está contaminada

Para el ingeniero ambiental  José Ignacio Martínez, la contaminación de los ríos de la “Provincia Verde” responde a tres factores: la explotación minera, las actividades de palmicultoras y las descargas domésticas que van directamente a los ríos. Según el estudio, el   60 por ciento del agua está contaminado.

Martínez señaló que si bien los    ríos y afluentes componen uno de los sistemas hidrográficos más ricos del país, no significa que sus aguas  sean aptas para el consumo humano.

La presencia  de arsénico, aluminio, cianuro, mercurio y cobre en el agua pasarán factura en algunos años, aseguró Édison Ruiz,  técnico en estudios de contaminación.

Ruiz informó que en diciembre de 2010, cuando se presentaron las primeras denuncias de la minería ilegal  en varias localidades de Esmeraldas, se tomaron  14 muestras  en distintos puntos de los ríos Cayapas y Santiago.

Los análisis fueron realizados en el Laboratorio de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Central del Ecuador y se mantuvieron bajo la custodia de los técnicos de la institución.

En el estudio se detectó que existían  elementos en el agua en cantidades superiores a las permitidas por la Organización Mundial de la Salud, entre ellos  metales como el arsénico, cianuro, aluminio, hierro, mercurio, cromo y plomo.

Además, se confirmaron nutrientes, como nitratos, nitritos, fosfatos y fósforo; microbiológicos: coliformes totales y fecales; y bicarbonatos.

En el reporte de diciembre de 2010, sobre la calidad de agua en  Esmeraldas, se descubrió  que el  50 por ciento de las muestras  presenta concentraciones elevadas de aluminio. Este metal se utiliza para  el proceso extractivo  del oro. Tiene un bajo costo para la extracción,  pero posee una gran capacidad de daño ambiental, ya que afecta a la flora y fauna del ecosistema, agregó Martínez.

El estudio  reflejó que por la actividad  minera  se incrementó la presencia del arsénico en el agua. El límite del metal,  según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 5 microgramos por litro de agua, al momento se ha detectado 20,58 microgramos por litro de agua, es decir, cuatro veces más del valor permitido.

El exceso puede desencadenar problemas de salud, como cáncer de piel, vejiga y  pulmones, según la reseña toxicológica de la OMS.

Otro de los factores de contaminación es la concentración de descargas domésticas. Ruiz afirmó que las fuentes de agua muestran un alto contenido de coliformes fecales. Como consecuencia de la descarga directa de las aguas servidas por parte de las comunidades,   a corto plazo se presentan enfermedades gástricas,  tifoidea y dermatitis.

Sin embargo, un tema que aún no se analiza totalmente es el consumo de alimentos que son cultivados con  agua contaminada.

El tema se menciona en el estudio minero de Senagua (marzo 2011), en el cual se plantea que el contacto de contaminantes con los animales de consumo humano: peces, conchas, cangrejos y camarones,  podría afectar a la población por estar cargados con mercurio y plomo, lo que podría provocar inmediatas afectaciones en la salud y malformaciones a largo plazo.

Este informe motivó el operativo militar con los mineros ilegales del norte de Esmeraldas.

 

SALUD
Hay 308 casos de micosis

La exposición de las personas a  metales pesados, como el plomo, el aluminio y el arsénico,  no solo provoca enfermedades en la piel, sino problemas en la genética de sus microsomas (partículas celulares).

A pesar de que este último caso depende de un estudio a profundidad de la sangre, lo que sí se conoce es que las enfermedades cutáneas van en aumento.

La Dirección Provincial de Salud de Esmeraldas detectó 308 casos de micosis (hongos en la piel) en pobladores de los cantones San Lorenzo y Eloy Alfaro, a causa de la contaminación del agua de los ríos Bogotá, Cachaví y Tuluví,  ubicados en la zona norte de la provincia.

La explotación minera ilegal ha provocado que las sustancias residuales de esta actividad estén presentes en las aguas de los ríos que son utilizadas por los humanos.

César Díaz, director provincial de Salud, manifestó que, debido a la falta de capacidad para hacer un diagnóstico a profundidad del problema, el caso está en manos del Gobierno central.

Dijo que, en  2010, el Instituto Nacional de Higiene y la Secretaría Nacional del Agua realizaron dos estudios en donde se reveló que el consumo de agua provocó afecciones cutáneas. Aunque se intentó un pronunciamiento de la entidad, no se obtuvo respuesta.

“Los problemas genéticos en sus microsomas se presentarán en 15 ó 20 años y para detectar eso se requiere otro tipo de medición. Los inconvenientes se dan en personas que trabajan en las playas y en quienes están en contacto directo con los metales. Para el análisis se requieren  exámenes de sangre para determinar niveles de plomo, aluminio y arsénico”, expresó.

El funcionario sostuvo que, de manera general, los niños de estos dos poblados sufren de anemia e infecciones gastrointestinales.

Acotó que otras enfermedades que el estudio deberá determinar son el cáncer, la esterilidad y las malformaciones genéticas.

“En cuanto  a la esterilidad, habrá que definir primero cuántas personas fueron estériles antes de la explotación minera y cuántas después. La explotación no es artesanal, es a menor escala porque un pobre no tiene para comprar una retroexcavadora”, enfatizó.

Comentó que la malaria o paludismo es otra de las  enfermedades que ataca a la gente  cuando  ingresa a la montaña para explotar las minas.

“Las personas ingresan a la montaña, la deforestan y atrás de ellas van los casos de paludismo”, dijo.

En lo que va de 2011, la provincia registra 174 casos de malaria o paludismo (enfermedad provocada por un parásito que se transmite de un humano a otro por la picadura del mosquito anofeles).

El médico indicó que el total de los casos de malaria contabilizados -hasta el momento- supera el número de los dos últimos años.

Autoridades enfrentan crisis

El estado de salud de los esmeraldeños preocupa a su gobernador, Lenin Lara, quien en coordinación con la Secretaría de Riesgos y delegados de los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) planifican intervenir en San Lorenzo y Eloy Alfaro.

Lara explicó que la explotación minera acarrea problemas de contaminación ambiental, del suelo y, por supuesto, del agua.

Dijo que no solo afecta al ser humano, sino a la flora y fauna de la zona. “Quienes no realizan actividad minera no tienen problemas en su salud, más que los habituales. Por eso, incluso junto a Plan Ecuador, se trabaja en nuevas formas de producción”, aseveró.

Aunque en el cantón Esmeraldas no se presentan estos inconvenientes, el alcalde Ernesto Estupiñán está preocupado por la situación de   San Lorenzo y Eloy Alfaro. “Son en estos cantones, en donde se centra el problema”, mencionó.
Inclusive las autoridades buscan mejorar el servicio de atención de salud en hospitales como el Delfina Torres, que está en emergencia.

La gerenta del hospital, Ivy Yépez, expresó que es el propio Ministerio de Salud el que está a cargo de las  readecuaciones.

“Nosotros solo hacemos el requerimiento sobre la base de cuatro ejes: medicinas, insumos, equipamiento e infraestructura”, indicó.

Expuso que el Gobierno tiene previsto invertir alrededor de 3’800.000 dólares en el hospital.

“Hay que mejorar la morgue y reubicar el depósito de los desechos sólidos”, comentó.

Personal del hospital informó que también hace falta  modificar las áreas de terapia física y respiratoria, rayos X y el servicio de tomografía.

Se conoció que 98.183 emergencias se atendieron en 2010. Mientras que en consulta externa se extendió su horario de 08:00 a 20:00.

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