Tres civiles completan cifra de víctimas de explosión de base
Los cuerpos de los tres civiles desaparecidos tras la explosión y posterior hundimiento de la base guardacostas móvil Río Cuyabeno, ocurrida el martes pasado, llegaron hasta la morgue de Esmeraldas pasado el mediodía de ayer.
Gabriel Sancán, de 16 años, y su amigo Miguel Escalante (17) fueron hallados, alrededor de las 07:00 de este jueves, cerca del lugar que naufragó la base, en el río Mataje.
Mientras que el cadáver de Francisco Huacón fue encontrado, aproximadamente a las 09:00, cerca de la población colombiana Candelilla. Así lo dio a conocer Carlos Vallejo, titular de la Dirección Nacional de Espacios Acuáticos (Dirnea).
La presencia de los dos menores de edad en la instalación militar siniestrada se explica, según la Dirnea, porque uno de los trabajadores (Pablo Sancán) contratados por la empresa Mastersoft, encargada de dar mantenimiento a la estructura decidió llevar a su hijo y asu amigo a la zona para que conocieran la provincia de Esmeraldas.
La compañía, según Vallejo, fue contratada para realizar labores de pintura y mantenimiento del cielo raso de la infraestructura naval destruida. Ayer en la tarde se esperaba el traslado de los cuerpos hacia la ciudad de Guayaquil.
Mientras tanto, una comisión analiza el hecho para determinar las causas que ocasionaron el percance en la estación móvil.
La Río Cuyabeno es una de las tres estaciones guardacostas móviles desplegadas en distintos puntos del mar territorial para colaborar en tareas de control de actividades ilícitas. Las otras dos estructuras se encuentran cerca de la isla Puná y frente a Puerto López (Manabí).
Este tipo de bases se compone, por lo general, de bodegas y talleres en la planta baja; en el primer nivel suelen estar las habitaciones, el comedor, la cocina, los baños y la lavandería y en el último nivel se encuentran los equipos de comunicación, rastreo y telefonía satelital.
Además, a las estaciones suelen amarrarse lanchas rápidas que son usadas para los controles.