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El Telégrafo

Segundo binomio de Lasso también genera disputa al interior de tienda política

Segundo binomio de Lasso también genera disputa al interior de tienda política
15 de noviembre de 2012 - 00:00

La pregunta “¿cree que traicionó a César Montúfar y a sus compañeros de Concertación?” incomodó ayer a Juan Carlos Solines, quien la noche del martes fue nombrado binomio de Guillermo Lasso para las elecciones del 17 de febrero de 2013 por el movimiento Creando Oportunidades (CREO).

Antes de responder, Solines aguzó sus ojos azules, se acomodó los lentes con el dedo índice y contestó: “en una rueda de prensa daré a conocer esos tópicos para que puedan consultar todas las  inquietudes que tengan respecto a eso”. Y añadió: “de ninguna forma, pero esa fue una decisión política, de responsabilidad política, que he tomado a título personal”. Luego de ello se subió en el Lassomóvil (una minivan que transporta desde hace meses a Lasso cuando dejó la presidencia ejecutiva del Banco de Guayaquil).

Mientras Lasso, a su lado, repetía “yo les agradezco mucho pero ya nos esperan”, sin permitir que nadie llegará a incomodarlo como a Solines con preguntas como: ¿cuándo decidió la candidatura de Solines?, ¿se ha vuelto  la manzana de la discordia?, que -sin más- evitó contestar o no lo hizo porque  simplemente no las escuchó. Solo se animó a responder una última pregunta: ¿por qué se inclinó por un binomio junto a Juan Carlos Solines?, que, al parecer, fue una interrogante que sí escuchó, pues no dudó en decir: “es un quiteño joven, profesional, con quien comparto las mismas ideas de democracia y libertad en el Ecuador”. Solines le devolvió el halago: ¿cuándo le propusieron ser binomio? “Con Guillermo me une una larga amistad, no vamos a dar rueda de prensa”, reiteró y el Lassomóvil arrancó. La sorpresiva candidatura de Solines no solo llamó la atención de los mismos militantes de CREO, sino también de los simpatizantes de Concertación, agrupación de donde Solines era presidente e, incluso, el “vocero de la agrupación”, como muchas veces lo calificó Montúfar.

La sorpresa para este último fue mayor, sobre todo al saber que el domingo pasado, en el Convento de San Agustín, Solines apoyó  y ratificó  la alianza de la agrupación con Sociedad Unida Más Acción (Suma), que postula a  Mauricio Rodas para la Presidencia de la República. El domingo estuvo sentado con ellos, en el Convento de San Agustín, y fue entonces cuando decidió  apoyar a Rodas. Y tres días después  los dejó solos: “Todos remamos hacia el mismo lado, la unidad es lo más importante, me excusé de seguir en la presidencia”, argumentó Solines.

Los acercamientos de CREO con Concertación no fueron nuevos. César Monge, director de CREO, comentó que conversaron con Montúfar días antes de que la agrupación decida la candidatura de Auki Tituaña -quien también renunció a su agrupación, Pachakutik, y días antes estuvo promoviendo  la candidatura de Alberto Acosta por la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas. Pero esa alianza no se concretó y Montúfar se quedó afuera.

El binomio Lasso-Solines inscribió su candidatura a las 10:15. Llegaron caminado desde la Tribuna de los Shyris hasta el Consejo Nacional Electoral (CNE). En las más de 10 cuadras de caminata, varios ciudadanos a bordo de   automóviles BMW, GranVitara y Montero no dudaron en apoyarlo. El recorrido estuvo musicalmente acompañado  por el  pito de esos autos. Tomado de la mano de su esposa María de Lourdes, Lasso caminó “a paso rápido”, pues llevaban 15 minutos de retraso. A su lado estuvieron César Monge y Luz Marina Vega (esposa de Auki Tituaña). Ambos apoyan a “Don Guillermo”, como Tituaña se refirió en varias ocasiones al candidato ya  inscrito en el CNE. “Lasso, amigo, el Ecuador está contigo”, fueron algunas de las barras que soltaron sus simpatizantes.

En la mesa principal del auditorio de la Democracia se sentaron Monge, Lasso y Solines. Al llegar, lo primero que hicieron fue estrechar sus manos y alzarlas. Mientras que Andrés Páez y Luis Fernando Torres -en la parte de atrás del auditorio- hacían lo posible porque Lasso los viera y saludará con ellos. Los recibió Paúl Salazar, presidente (e) del CNE, y los consejeros Juan Pablo Pozo y Rossana Silva. “Creooooooooo”, gritó Monge y sus simpatizantes -en un acto de complicidad- respondieron: “Creoooooooo”.

En primera fila las esposas de Lasso y Solines no les quitaron la mirada de encima. “Luego de un largo trajinar hacemos la presentación formal y legal de nuestros candidatos, que  darán una salida a los problemas nacionales”, dijo Monge y entregó los documentos al secretario del CNE. “Democracia sí, dictadura no”, gritaron los más de 200 asistentes al encuentro. Lasso asentía esas palabras con la cabeza. Llegó el turno de Paúl Salazar, presidente encargado del CNE. “Sin importar la ideológica, la eficiencia, la transparencia, haremos cumplir la voluntad de los ecuatorianos”, dijo. Y fue abucheado cuando  intentaba convencer a los presentes de que  las organizaciones pueden  enviar a sus delegados para que supervisen la voluntad del pueblo. 

Con esa antesala, Solines tomó el micrófono y habló: “amigo Guillermo, acepto el binomio para abanderar los principios de la Democracia”, de los cuales -señaló- serán sus principios inclaudicables. Lasso se arregló el cuello de su camisa celeste con rayas blancas y se levantó: “hoy el país siente miedo, el temor, la amenaza”. Y en la efervescencia de su discurso un lapsus: “así siente el “maistro” (maestro) que le dicen tirapiedras o el médico que le duplican su jornada, pero no su sueldo”. En su discurso habló de los empresarios nacionales, pequeños, grandes e internacionales que están “amenazados porque no tienen estabilidad, porque se realizan políticas por las vísceras solo porque una persona tuvo éxito en su vida”.

Dijo que no tiene miedo de hablar y que su gobierno será para los periodistas, los empresarios, las madres, los militares... Al escuchar esas palabras, un militar -que estuvo allí- frunció el ceño y regresó a ver quién decía eso. En las butacas Alfredo Vergara,  ex superintendente de Bancos y  Eduardo Cabezas, ex ministro de Finanzas, en el gobierno de León Febrés Cordero, lo aplaudieron.

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