Después de presenciar cómo la tuneladora 2 tumbó la última pared de roca del primer tramo del túnel de conducción, las felicitaciones y los aplausos fueron para los 7.500 trabajadores ecuatorianos (6.376) y extranjeros (1.522) que hacen posible la megaconstrucción.

Los empleados extranjeros, la mayoría, provienen de China, mientras que los ecuatorianos llegan desde las provincias de Pichincha, Napo, Sucumbíos, Guayas, Esmeraldas y Manabí.

Uno de ellos es Hugo Rodríguez, quien ejerce 2 cargos al mismo tiempo: soldador y supervisor de calidad. Este hombre, de 39 años, vive en Quito, pero por el trabajo se trasladó al campamento San Luis entre Napo y Sucumbíos.

Cada 22 días retorna a la capital para ver a su familia: “Es complicado estar lejos de ellos pero las obligaciones también son importantes”, dice con nostalgia.

Trabaja hace 3 años en la ventana 2 y participó en la excavación de 1.300 kilómetros desde la entrada hasta la cabina de desmontaje del TBM (tuneladora o topo), por donde el miércoles salió la máquina.

Por esa misma ventana ingresó la tuneladora 1 que finalizará su trabajo en marzo, completando el proceso de excavación. “Ha sido una experiencia muy agradable  participar en el proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair porque con esto se intenta cambiar la matriz energética del país. Es decir, es el futuro...”, dijo el trabajador.

Rodríguez se levanta todos los días a las 06:00 y termina su jornada laboral a las 17:00.

Su trabajo consiste en controlar y verificar la calidad de la obra, además de soldar las tuberías de agua y las de presión de aire, fundamentales para la perforación.

Al consultarle si considera que su trabajo es difícil y de gran responsabilidad, respondió: “Creo que cuando uno es profesional nada es complicado, pero siempre hay que tomar medidas de precaución”.