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El Telégrafo

Parroquias rurales dinamizan la economía en sur del país

Parroquias rurales dinamizan la economía en sur del país
04 de noviembre de 2011 - 00:00

Malacatos, San Pedro de Vilcabamba y Vilcabamba, tres parroquias rurales de Loja, realzan la economía de la zona gracias a su productividad, turismo y gastronomía. Los cultivos de café, las artesanías en madera, el turismo y la crianza de truchas hace que este sector sea visitado constantemente por extranjeros.

Los platos que ofrece la zona son variados, pero las “Truchas del Salado” son las estrellas. En el barrio Sacapo, de San Pedro de Vilcabamba, se encuentra un lugar escondido entre las verdes montañas y el ruido del río Uchima. Allí se crían truchas y también se las prepara.

Roberto Jara Lapo, administrador de las “Truchas del Salado”, detalla que todo empezó como un proyecto familiar con la crianza de este pez hace unos dos años. Pero en vista de que el poblado era muy visitado por extranjeros decidieron construir    primeramente   una cafetería, que en lo  posterior  se convirtió en un restaurante.

Al inicio contaban con 2.500  truchas y ahora tienen 7.000. Las mil truchas las adquieren a 30 dólares, de las cuales entre un 8 y 10% mueren.  Jara indica que su restaurante es rentable. Atienden los sábados y domingos, días en los que expenden unos 50 platos a 4 dólares cada uno.

Por la gran afluencia  de visitantes   el espacio resulta pequeño, por lo que ya existe un proyecto para ampliar el local y no solo vender  truchas, sino también otros platos. En un  futuro esperan contar con un área más extensa en la que haya cabañas y sitios de distracción.

Exportan café a Alemania

Pero en esta zona del país no solo hay truchas. La gran cantidad de café que se produce en este sector se exporta a Alemania. Todo el proceso, desde la siembra hasta la cosecha, se realiza   cuidadosamente por lo que el producto ha ganado prestigio  internacional. Este tipo de pepa se  conoce como “Café Gourmet” y su quintal cuesta   300 dólares. La cosecha anual que empieza en enero y  termina en agosto, produce 700 quintales al año.

Carlos Lapo, presidente de la Asociación Apecael, explica que se agruparon porque había gran cantidad de comerciantes en la zona. Al inicio no les pagaban bien, pero ya llevan 7 años como agremiación con  122 miembros de Malacatos, San Pedro de Vilcabamba, Quinara y Yangana.

Cultivan café orgánico, sin químicos y tienen secadoras marquesinas tipo invernadero. El proceso de café es vía húmeda, luego va a la despulpadora. “Se lo despulpa, se lo deja fermentar por unas 12 horas luego se lo lava para que quede totalmente blanco, se lo seca y se lo pone a un 12% de humedad para luego ser trasladado a la planta procesadora de Catamayo donde se hace un proceso para escoger el mejor café”, explica Lapo.

Uno de los problemas que afrontan los agricultores es el clima, puesto que hay días en los que no llueve y no tienen riego, eso hace que el grano quede pequeño que no sirve para la exportación. Cada socio tiene una hectárea de terreno sembrado con dos mil plantas de café. Cada hectárea produce 10 quintales.

Trabajan en madera

Además, el cálido clima que caracteriza a estas parroquias permite que muchos de sus habitantes creen sus propias fuentes de trabajo. Gracias al Municipio de Loja y la coordinación de la Universidad Nacional del mismo nombre, 18 artesanos se capacitaron en tallado de madera y a su vez formaron la Asociación de Carpinteros  Mavilsa  (Malacatos- Vilcabamba-San Pedro).

Manuel Armijos, presidente de la organización, explica que hace 18 meses aprenden sobre el talado y tallado de muebles. La tradición ha pasado de sus antepasados y ahora elaboran camas, puertas, peinadoras, pasamanos, pisos, tumbados y todo tipo de artefactos.

Aspiran a que sus productos sean conocidos en otros mercados. Hasta el momento solo salen cuando hay ferias locales para exponer sus artículos. El ingreso que les permite esta profesión es de 400 dólares mensuales, que los ayuda a cubrir la educación de sus hijos y mantener su hogar.

Marcelo Ramón, vicepresidente de la asociación, considera que estar unidos es la mejor forma de trabajar, ya  que individualmente no pueden salir por lo que se agrupan para presentar proyectos, pero, reconoce,   aún les falta gestión.

Su anhelo es que en los próximos años “Mavilsa” genere fuentes de trabajo. “En esta zona existe un gran número de desempleados por ello sería bueno dar trabajo, en especial  a los jóvenes para que no se dediquen a otras cosas”, exclama.

Por su parte Jorge Palacios, quien durante 18 meses dictó el curso  tallado en madera, asegura que ve motivados a sus alumnos. El profesor posee  buenas experiencias en otros países. “Es la primera vez que se los capacita, nunca tuvieron una capacitación. Ahora les  enseñamos a que  utilicen todos esos retazos de madera que sobran para que hagan figuras”. Afirma que lo más interesante es haber despertado la creatividad en ellos. Todos los aprendizajes se verán reflejados en una exposición que se realizará en la plaza  San Sebastián de Loja.

“Turrones”

La parte suroriental de Loja presenta gran vegetación, por lo que es ideal para la producción de miel. En este sitio se encuentra la Asociación de Apicultores San Pedro de Vilcabamba. Entre todos sus socios suman 200 colmenas y a nivel asociativo tienen 30.

La organización nace en 1996 como una iniciativa que ha    crecido poco a poco. Se reúnen todos los viernes para elaborar  productos como turrones, mermeladas y dulce de leche.

El turrón es uno de los dulces más populares. Llevan cuatro meses en el mercado con este producto y esperan que la acogida aumente. Beatriz Iñiguez, presidenta de la asociación,  aspira a que el turrón sea expendido en otras ciudades, por lo que piden más apoyo de las autoridades para poder ejecutar los proyectos.

Patricio Guamán, miembro de la asociación, señala que cada integrante de la agrupación tiene una colmena  y aportan con la materia prima  para que la entidad realice la poscosecha, el envasado  y etiquetado, que luego será vendido en las ferias de Vilcabamba y Loja.  El resto se comercializa en autoservicios de Loja, Cuenca y Machala, lo que les genera ingresos de hasta mil dólares.

Todos estos productores esperan que el feriado sea un espacio ideal para que las familias visiten el sector, observen sus paisajes y adquieran sus productos.

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