Muerte de animales: según antitaurinos faltan medidas
En el caso de la pregunta: “¿Está usted de acuerdo (con) que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?”, hay opiniones divergentes.
Según Jorge Almeida, miembro de la organización Dabluma, la aprobación de la anotada interrogante por parte de la mayoría de ciudadanos representa un gran avance, ya que demostró que se puede imponer la voluntad del pueblo.
“Se mostró que la mayoría está a favor de la convivencia armónica del ser humano con la naturaleza como se establece en el concepto del buen vivir. Por primera vez la democracia participativa permitió la decisión soberana de la gente”, afirma.
Almeida agrega que como se sigue matando a los toros en la celebración taurina, parece que “no ha pasado nada porque se continúa torturando y luego sacrificando a los animales detrás del ruedo”.
Además señala que el espectáculo es todo lo que sucede sea en el ruedo o fuera de este. “No se cumple lo decidido en la consulta, porque los empresarios y el Municipio están complotados para mantener toda esta mal llamada fiesta taurina”.
Este activista también considera que “se traicionó la voluntad popular, ya que se sigue torturando al animal con los mismos elementos de antes. Se debe fomentar otra forma de toreo como la popular, sin asesinar al toro”.
Por esto los activistas antitaurinos terminarán de recoger firmas en los próximos días para derogar la ordenanza que permite el sacrificio de los toros detrás del ruedo.
Por su lado, Augusto Barreiro, secretario de la Unión de Toreros del Ecuador, opina que tanto antescomo actualmente los toros siguen muriendo sea en las plazas o en los camales, porque son animales para el alimento.
“Lo único que se ha conseguido con la aprobación de esa pregunta es que menos aficionados asistan a las plazas de toros, que ahora el toreo sea un espectáculo cercenado, incompleto como es la tradición. Y a cambio no hay ningún beneficio para nadie”, expresa.
Para este directivo, no se puede afirmar que con esto la sociedad ganó moral o éticamente. “Más bien hay pérdidas económicas en muchas actividades relacionadas con la fiesta taurina. Como ejemplo, la especie del toro de lidia desaparecerá porque no habrá demanda; los costos de criarla y mantenerla son altos”.
El directivo asevera que “en la que antes era la mejor feria taurina de América ya no existe el ‘plato fuerte’. En 93 cantones ganó el sí, los aficionados y los toreros seguimos acudiendo a esta fiesta brava en esas ciudades”.