"No ha habido líder en la historia de nuestra patria que haya sido más atacado vilmente como nuestro Presidente (...). No pudieron ni las mentiras ni el odio", señaló este viernes el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, en un discurso durante el funeral de Estado del mandatario Hugo Chávez, que se desarrolló en la Academia Militar de Caracas.

 "Aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre para éste y todos los tiempos  futuros. Comandante, no pudieron contigo y no podrán con nosotros jamás", sostuvo Maduro visiblemente conmovido.
 
Agradeció el apoyo y solidaridad recibida de los gobernantes que asistieron al funeral. "Les damos las gracias desde nuestro corazón por haber venido desde sus tierras a traernos este homenaje tan grande y el aliento que necesitamos en esta hora dura y trágica de la historia de este siglo XXI", señaló.
 
Maduro manifestó que Chávez le dejó al Gobierno bolivariano 5 tareas históricas concebidas desde el debate democrático, las cuales serán cumplidas a cabalidad por los que quedan al frente del su movimiento político.
 
"La batalla continúa, ¡Chávez vive, la lucha sigue! Que viva Hugo Chávez, que viva nuestro pueblo", gritó Maduro emocionado al término de su discurso.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, participó en la ceremonia, que inició con el Himno Nacional interpretado por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y el saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno del mundo presentes.

Maduro recibió la espada del Libertador Simón Bolívar y, acompañado por otros funcionarios, la colocó en el féretro del líder de la Revolución Bolivariana.

En la primera línea de los asistentes se encontraban los hijos del gobernante y su madre, Elena Chávez, quien fue recibida a las afueras de la Academia por una ovación de las miles de personas que aguardaban para despedirse del gobernante y por momentos lloró junto al féretro.

Correa estuvo en el grupo de la Primera Guardia de Honor, acompañado de los mandatarios de Cuba, Raúl Castro; de Bolivia, Evo Morales; de Chile, Sebastián Piñera; de Costa Rica, Laura Chinchilla y de San Vicente y Granadilla, Ralph Goncalves.

Las guardias de honor continuaron por grupos formados por el resto de mandatarios y delegaciones.

En la ceremonia estuvieron también el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko; de El Salvador, Mauricio Funes; Haití, Michel Martelly; Irán, Mahmud Ahmadineyad, así como el secretario general de la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur), Alí Rodríguez Araque, entre otras personalidades.

El Primer Mandatario ecuatoriano arribó el jueves a la capital venezolana, en compañía de su esposa, Anne Malherbe, el canciller Ricardo Patiño, entre otros funcionarios.

Anoche también estuvo en la Academia Militar para expresar sus condolencias a los familiares de Chávez, a las autoridades venezolanas y al pueblo en general.

Miles continúan esperando para ver a Chávez

Mientras en los exteriores, bajo un lacerante sol, cientos de miles de venezolanos esperan ansiosos para entrar y ver por instantes a su líder fallecido.

"Chávez vive, la lucha sigue", "Queremos ver a Chávez", coreaba la multitud, que se aglomeraba a pocos metros de la entrada y se distribuía luego, a lo largo de varios kilómetros, en un inmenso río teñido de rojo, un simbólico efecto que daban las camisetas, gorras y boinas del emblemático color del chavismo.

Una mujer en silla de ruedas, con la bandera venezolana en el respaldar y un afiche con el rostro de Chávez, llora desconsalada frente a las cámaras de televisión: "Ha muerto mi presidente, ya no tengo a nadie. Tengo tres días de estar aquí y vean lo enferma que estoy", grita mientras muestra las úlceras en sus piernas y se enjuaga las lágrimas.

La solemnidad que colmaba el salón de honor de la Academia contrastaba con el bullicio en costados de la explanada y calles aledañas: la gente lanzaba consignas, canciones revolucionarias sonaban sin parar en altoparlantes.