Las autoridades provinciales se reunieron en la prefectura
Los límites de Guayas unen a líderes de PSC y PAIS
No hubo gritos, fanfarrias o eufóricos vivas a favor de Guayas, pero la reunión de autoridades y asambleístas provinciales que convocó el prefecto, Jimmy Jairala, definió las estrategias para enfrentar los problemas de límites internos.
El auditorio estaba casi abarrotado. Algunas autoridades se quedaron sin puestos, como el concejal de Guayaquil, Carlos Luis Morales. Tuvo que acomodarse a un costado, mientras los camarógrafos y fotógrafos buscaban el sitio ideal para ubicar sus equipos.
Poco a poco llegaron los alcaldes. Dos atachés conducían a las autoridades locales hacia las butacas, mientras los asambleístas fueron parte de la mesa directiva.
Hubo un momento para una breve conversación. La asambleísta Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano, intercambió algunas palabras con la viceprefecta Mónica Becerra, militante de PAIS. Lo propio hizo Gastón Gagliardo con Octavio Villacreses, Henry Cucalón con María Alejandra Vicuña y Gina Godoy.
A las 10:35 ingresó el prefecto, junto con la segunda vicepresidenta de la Asamblea, Marcela Aguiñaga; y el gobernador de Guayas, Rolando Panchana. Para el primero los problemas de límites se agudizaron con “la fiebre de cantonizaciones”, que ocurrió en las décadas del 80 y 90 y por esta razón 14 zonas están en conflicto, lo que suma un total de 1.650 kilómetros en disputa. En esas zonas habitan 43 mil personas que necesitan atención en educación, salud y otros servicios.
Xavier Sandoval, asesor de la Prefectura en temas de límites, contó la historia y el origen del conflicto en cada zona en disputa: Manga del Cura (con Manabí), El Piedrero (con Cañar), Matilde Esther (con Los Ríos) y Pancho Negro (con Cañar).
El silencio se apoderó de la sala. Los alcaldes observaban el video con el que se ayudó Sandoval. Había mapas, decretos, registros oficiales, fotografías y otros documentos que, según su explicación, prueban que pertenecen a Guayas las zonas en litigio.
Algo apurado y casi tropezándose llegó a las 11:15 el asambleísta del PRE, Abdalá Bucaram Pulley. En su camino saludó rápidamente a Carlos Luis Morales y enseguida se ubicó en la mesa directiva, junto con el legislador Víctor Medina, de PAIS.
Al terminar la intervención de Sandoval hubo aplausos, curiosamente algo tenues, de los alcaldes.
Panchana lanzó la idea de solicitar al Presidente reformar la Ley de Límites para extender el plazo de 2 años (que se cumplirá en abril de 2015) desde la vigencia de la norma, para que los gobiernos autónomos descentralizados solucionen sus problemas. Las sanciones para quienes no cumplan será la revocatoria del mandato. “Hay alcaldes recién electos y aún se están informando de estos problemas”, recalcó. Luego se retiró de la sala para atender “otros compromisos”.
Aguiñaga fue la que mostró más énfasis en su intervención y allí los aplausos fueron más fuertes. Tras un breve análisis de la situación puntualizó que “los conflictos deben resolverse en derecho”.
Les tocó el turno a los invitados. Intervinieron los asambleístas Gastón Gagliardo, María Alejandra Vicuña, Bairon Valle, Verónica Guevara, Víctor Medina, Henry Cucalón, Gina Godoy, Cynthia Viteri y Juan Carlos Cassinelli.
Unidad de asambleístas
El discurso fue casi el mismo: destacar la unidad de las autoridades provinciales, sin banderías políticas para defender los límites.
“Aquí nadie tiene corazón político sino el de Guayas”, dijo Viteri antes de retirarse.
Pero antes de que todos se retiraran se conocieron las conclusiones y las primeras tareas: que la Asamblea inste al Presidente de la República para impulsar una reforma que dé más tiempo a los alcaldes y prefectos para solucionar los conflictos.
Además formar una comisión para hacer un seguimiento en la resolución de los conflictos y también que las autoridades estatales vayan a las zonas en litigio para atender a la población, lo cual estará coordinado por Panchana.
Allí concluyó la reunión. Los acuerdos dejaron complacidos a los alcaldes. Unos pocos desde sus puestos se levantaron para aplaudir, otros se dirigieron a los asambleístas y prefecto para exponer problemas puntuales, mientras algunos optaron por retirarse de la sala.