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El Telégrafo

Los incendios forestales se “comen” más de 300 hectáreas

Los incendios forestales se “comen” más de 300 hectáreas
13 de agosto de 2012 - 00:00

La intensidad de los incendios forestales bajó en las provincias de Azuay y Cañar. La temperatura, que hasta el viernes era bastante alta, cambió, incluso se registraron  y breves precipitaciones en algunas zonas de esta jurisdicción.

En Cañar, el fuego fue controlado en la montaña de Gualleturo. Según los funcionarios del Medio Ambiente, este sábado fue posible apagar las llamas gracias a la acción de los comuneros, de los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Cañar, Suscal, El Tambo y Azogues. Ellos, que contaron con ayuda de la naturaleza,   lucharon intensamente para sofocar las llamas.

Durante los cinco días que duró, el  incendio forestal consumió más de 300 hectáreas de páramo y puso en peligro a varias especies naturales.

“La desesperación de la gente de ver cómo su territorio se quemaba hizo que hagan  lo imposible para sofocar las llamas”, indicó Belisario Chimborazo, alcalde de Cañar.

Los habitantes de la zona, el sábado,  fueron a la montaña  con recipientes llenos de agua para sofocar el fuego que se había tomado la parte alta de la montaña de Gualleturo.

Según Chimborazo,  la vida silvestre de este sector estuvo en peligro.  “Allí hay conejos, venados, osos y hasta se vieron cóndores”, dijo el  funcionario municipal.

Por otro lado, Melvin Alvarado, director del Ministerio del Ambiente del Cañar, manifestó que en la labor   no solo actuaron los guardaparques de la institución sino todo el personal administrativo. “La gravedad del incendio se notó en el momento mismo en que inició el flagelo, es por eso que técnicos y demás empleados del Ministerio han estado pendientes todos estos días”, señaló.

Hoy está previsto que los funcionarios de esta institución ofrezcan un informe completo sobre los daños que ocasionó el incendio, sobre todo  a cuántas especies afectaron las llamas y cuáles serán las consecuencias a futuro.

Cuando el personal del Ministerio de Ambiente terminaba su labor en  Gualleturo, se percataron de que en la montaña del frente llamada Tablarumi, que se encuentra dentro del Parque Nacional Sangay, en la parroquia Ingapirca, también había humo proveniente de otro incendio forestal, al cual acudieron de inmediato y lograron sofocar las llamas a tiempo.

“Aquí solo se consumieron 200 metros cuadrados de terreno”, contó Alvarado. La experiencia puso en alerta a la provincia y al Austro, sobre las consecuencias de los incendios forestales.

Alvarado hizo un llamado a los habitantes de las zonas altas  para que pierdan la idea falsa de que la quema de árboles atrae a las lluvias. En  algunas ocasiones el fuego se torna incontrolable y puede afectar a cientos de hectáreas y al ecosistema que existe. “No es real que quemando árboles u hojas secas vaya a llover, hemos podido constatar esta teoría en este incendio de grandes proporciones. Nada bueno se saca dañando a la naturaleza”, enfatizó el director del Ambiente.

Incendios ceden  en Azuay

En la provincia de Azuay los incendios forestales también dieron un respiro a las autoridades. Según el jefe del Cuerpo de Bomberos, Oswaldo Ramírez, del promedio de 25 incendios que se producían diariamente, la cifra bajó a 10 y 15 en los tres últimos días.

Según Ramírez, la institución cuenta con 240 bomberos voluntarios y todos tuvieron que trabajar en estas emergencias. Allí están incluidos 70 uniformados que trabajan bajo contrato.

En estos incendios se laboró por grupos y con el apoyo del Ejército. Los incendios que mayor preocupación provocaron fueron en Nabón, en Tixán, el cual se volvió a reactivar. Así mismo ocurrió en el sector de Molleturo, a donde los bomberos no pudieron llegar debido a que se prendió fuego en la parte alta de la montaña.

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