Cerca de  2.000 miembros del Sindicato de Choferes de Carchi acudirán mañana a las urnas para designar a su directiva para los próximos cuatro años.  

Ayer, las dos listas inscritas para el proceso culminaron sus respectivas campañas electorales, las cuales incluyeron minutos en la televisión local mediante propagandas y entrevistas; la colocación de banderas, pancartas y gigantografías,  además de caravanas motorizadas en las que se entregaron  objetos como gorras y esferográficos con mensajes de uno y otro candidato.     

Un detalle como el anterior muestra la importancia que tiene el sector de la transportación en esa provincia serrana. En efecto, lo que en otras zonas del país no pasaría de ser la contienda electoral de un gremio más, en esa zona de la frontera se convierte en un asunto de interés público.

Las razones para el alto interés en la posición son diversas. Por un lado está la influencia que tiene la actividad, pues el Sindicato de Choferes incide en alrededor de 8.000 carchenses de acuerdo con una estimación conservadora que establece una familia de cuatro integrantes por cada conductor. Una cifra significativa si se toma en cuenta que, por ejemplo, Tulcán  tiene algo más de 47 mil habitantes; es decir, que la profesión sostiene de manera directa a un  17%  de los pobladores de la capital provincial.    

Por ello Edwin Sánchez, candidato a secretario general de la entidad, afirma que el poder del gremio se debe a lo enquistada que está la profesión en la idiosincrasia carchense. "En cada familia de esta ciudad (Tulcán) hay por lo menos una persona que se dedica al transporte, ya sea pesado, de taxis o camionetas", dice el aspirante.

A la importancia de los ingresos económicos directos se suma el componente social que tiene el ente para las familias de sus integrantes. Beneficios de atención médica, servicios mortuorios y peluquería, entre otros, son provistos a las esposas e hijos de los choferes agremiados de forma gratuita.  

Otro elemento a tomar en cuenta es la trascendencia económica  de la actividad en sí misma. Según cálculos realizados por la Universidad Politécnica Estatal de Carchi (UPEC), el comercio transfronterizo con Colombia mueve alrededor de $ 8 millones por año; y gran parte de ese monto es movilizado por conductores de la zona. “Tanto a nivel nacional como en esta ciudad fronteriza, este gremio constituye la columna vertebral de la economía por las mercaderías que transporta”, sostiene Fidel Hernández, jefe de campaña de Carlos García; este último aspira la  reelección tras permanecer dos periodos de 4 años cada uno en el cargo. Jorge Mejía, quien conduce un espacio de entrevistas televisivas desde hace más de una década, añade que varias generaciones de familias han sido transportistas gracias a la actividad económica fronteriza.

Otro motivo de interés para dirigir el Sindicato son los recursos que recibe el organismo. Luis Villarroel, secretario general encargado, estima que en la actualidad un líder de ese gremio maneja alrededor de $ 400 mil por año. Esto proviene de los arriendos de locales comerciales, una estación de gasolina, un espacio de estacionamiento para transporte pesado, la Terminal Terrestre, la escuela de capacitación y un terreno de 11 hectáreas, en el que se planea construir la nueva terminal de transporte, además de un centro comercial.