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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

Lasso repica: “Yo soy Lasso”

“Increíble, Guillermo Lasso está aquí... sí señora, él es Guillermo Lasso y está aquí”, así un anunciador llamaba la atención de las personas a su alrededor, en una de las múltiples caminatas que realizó en esta semana el candidato presidencial del movimiento CREO.

Son las 11:40. Hace pocos minutos Lasso dejó la comodidad de su camioneta, una Ford F-150 doble cabina blanca, para empezar a recorrer las calles de la Florida Norte. La humedad del mediodía guayaquileño afecta rápidamente al ex banquero (fue presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil), su camisa está empapada de sudor. Lo acompaña su binomio, Juan Carlos Solines.

Siempre sonriente, camina y saluda a todos. A ratos el anunciador deja de hablar y llega el turno de Lasso: “Señora, ¿usted quiere un Ecuador diferente? Yo propongo un cambio para crear más trabajo”.

Mientras avanza, el empresario divisa letreros de locales que hay en el sector y empieza a mencionar los nombres de los establecimientos. “Un saludo para ustedes en el Florida School, soy Guillermo Lasso... Ahí, en el Mesón de Mechita, un saludo. Soy Guillermo Lasso”, repite el candidato mientras abandona la zona asfaltada para continuar por una calle de tierra, en la cooperativa Pancho Jácome.

Pocos metros adelante de Lasso van unos colaboradores de su campaña, quienes se encargan de que nadie le corte la visibilidad para que él siga siendo el centro de todo, evitan que personas caminen cerca del candidato, quieren que todos lo puedan ver. “Ponte más allá, que no lo dejas ver al jefe”, reclama en tono molesto uno de los colaboradores del candidato a un ciudadano que circula por el sitio.

Van 40 minutos de caminata y la humedad aumenta, hay sudor en la frente de Lasso... Uno de sus asistentes va adelante de él cogiendo a las personas del sector y les dice: “Venga, salude a Guillermo Lasso”.

En más de una ocasión tiene que insistir, ya que varias personas no quieren acercarse al ex banquero. Inclusive  alguien expresa: “Pero si yo no voy a votar por él, ¿para qué lo voy a saludar?” a lo que el hombre responde: “Venga nomás, lo saluda y no pasa nada”.

“Coincidentemente”, cada vez que una persona se acerca a saludar a Lasso, un fotógrafo que anda con la caravana le toma una instantánea. Sí hay quienes, al ver al presidenciable, lo buscan para saludarlo, pero más son los que tienen que ser “estimulados”. “A la niña del gabinete... Sí, a usted, venga, venga y salude al señor Guillermo Lasso... Increíble, él es Guillermo Lasso y está aquí”, publicita el anunciador.

Este continúa con sus frases llamativas para que las personas se acerquen y estrechen la mano o den un abrazo al ex Superministro de Economía durante el gobierno de Jamil Mahuad (en 1999).

En una de esas locuciones, el presentador utiliza una de las frases características de una de las canciones de propaganda de Rafael Correa, candidato a la Presidencia de la República por Alianza PAIS: “Ya tenemos Presidente, tenemos a... Guillermo Lasso, él es la solución a todos tus problemas”.

Mientras avanza el candidato, miembro del Opus Dei, afirma que, de ser electo, apoyará incondicionalmente a los profesores. “Ya no serán perseguidos. Los profesores siempre podrán contar conmigo”.

Lasso está abierto a todo contacto, se abraza con quienes tiene a su alrededor, saluda a todos sin distinción... Esta imagen contrasta con lo que sucedía un año atrás, cuando el guayaquileño aún ejercía como banquero y su oficina era prácticamente inexpugnable para un ciudadano común, como los que ahora abraza y les promete protección y apoyo en todos sus proyectos.

El reloj marca 20 minutos más allá del mediodía, la hora del almuerzo, pero no es así para todos, ya que en la ruta del ex Embajador Itinerante del Ecuador (ocupó el puesto en el gobierno de Lucio Gutiérrez en 2003 ) hay cuatro personas que están tomando unas cervezas. Lasso los saluda.

Alguien  desde la caravana  manifiesta: “Pilas, que ya se podrá vender cervezas los domingos”. El ahora político no hace ningún comentario al respecto. Hay zanqueros en el recorrido. Hacen piruetas y distraen a moradores del lugar.

Mientras los niños se centran en los malabaristas, los padres y demás personas escuchan el mensaje de Lasso. “Señora, usted ya no se siente segura en su casa, por eso yo le prometo 20.000 nuevos policías para que la cuiden”.

El candidato precautela la seguridad de los demás. “¿Se va a quedar aquí? Cuidado, que aquí es muy peligroso, le pueden robar”, le manifiesta Lasso a uno de los comunicadores que lo acompañó durante su recorrido. El postulante presidencial se retira, todo concluye y la gente vuelve a lo suyo.

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