El Gobierno de Ecuador no ha recibido de manera oficial el comunicado de las Fuerzas Armadas de Colombia, en el que pide la repatriación de los cadáveres de combatientes del grupo insurgente abatidos en la provincia de Sucumbíos, fronteriza con Colombia, el 1 de marzo de 2008.

Así lo confirmaron los ministros de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño; y de Seguridad, Homero Arellano. El canciller Patiño dijo a periodistas que se enteró del pedido a través de la prensa. “No tenemos ningún pedido oficial, nosotros no podemos guiarnos por lo que puede decir algún medio digital. Después de eso tenemos que analizar la petición”, expresó.

El jefe de la diplomacia no quiso manifestarse sobre escenarios hipotéticos hasta no tener una comunicación formal de parte del grupo insurgente colombiano, que actualmente avanza en diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos.“Yo tengo que contestar a premisas concretas, objetivas”, recalcó el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador.

El ministro Arellano reiteró que no ha recibido algún pedido formal de las FARC. “Nosotros estamos siempre precautelando los derechos humanos, el respeto de la vida de las personas independiente de su condición”, dijo el funcionario.

Sobre la posible respuesta, coincidió con el ministro Patiño en que no conocen el contenido del mismo. No obstante, recalcó, “ellos saben que siempre en temas de derechos humanos, el Gobierno se ha caracterizado por un profundo respeto, inclusive de aquellas personas que han equivocado el rumbo”.

El lunes, a través de su sitio web, las FARC elevaron “una urgente solicitud de tipo humanitario respecto a la repatriación de los restos humanos de combatientes de las FARC abatidos en Sucumbíos, zona fronteriza con la república del Ecuador”.

El pedido fue planteado a los gobiernos de Colombia y Ecuador, así como a la Cruz Roja Internacional. Entre las consideraciones que tiene el ejército rebelde se encuentra el hecho de que, según normas de carácter internacional, cada parte en conflicto debe hacer lo posible para facilitar la repatriación de los restos de los fallecidos.