“Internet, como ningún medio de comunicación antes ha permitido a los individuos comunicarse instantáneamente y a bajo costo, teniendo un impacto dramático en la forma en que compartimos y accedemos a la información y las ideas. (...) La libertad de expresión halla en el mundo digital el espacio para desplegarse e incrementar su potencial”, concluye una parte del informe de 87 páginas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la Libertad de expresión e internet (datos recogidos hasta el 31 de diciembre de 2013).

En esto coincide la docente investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), María José Calderón, quien cree que el debate de los próximos 5 años será la ciudadanización y el empoderamiento de internet, es decir, que todos los individuos puedan gobernar y participar desde la red de los procesos de una sociedad (ver entrevista).

El documento expone varios puntos: importancia e influencia de internet; su legislación y gobernanza; el acceso universal y el pluralismo frente a la privacidad y la ciberseguridad; y el principio de la neutralidad y la legitimidad.

En este contexto, la especialista en Comunicación y Opinión Pública, Palmira Chavero, considera importante reflexionar sobre las que considera 2 posturas clásicas en torno a internet: ¿disminuye o agranda las diferencias existentes?

Para la experta española el mundo digital contribuye a la democratización de la comunicación, pero también cree necesario tomaren cuenta los factores que en la práctica pueden convertirlo en un elemento diferenciador: los contextos locales, la capacidad de acceso y la formación digital.    

El acceso universal y privacidad

En el informe de la Relatoría Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión se tomaron en cuenta los avances en derecho internacional alcanzados en países como: México, Chile, Argentina, Brasil y Canadá.

En esos Estados se plantearon proyectos que defienden el principio de inviolabilidad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio. Además de la Ley de Propiedad Intelectual que protege a intermediarios del contenido generado por terceros y promueve la neutralidad.

En este capítulo también se indica que para regular se debe pensar en la estructura y diseño de internet: las normativas deben responder a las necesidades propias del medio y no pueden ser las mismas que para la radio o la televisión.

El documento de la CIDH establece que todas las personas deben “contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación y por ningún motivo”.

De esta manera los gobiernos deben garantizar la conectividad y el acceso ubicuo, equitativo, asequible y de calidad en todo el territorio.

En Ecuador el uso de internet hasta el 2011 -según el INEC- era mínimo (ver infografía). En la actualidad el Gobierno ha implementado 490 infocentros que llegarán a ser 1.400 en 2017. De esta manera se intenta garantizar el acceso inclusivo a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) por parte de los ciudadanos.

En cuanto a la privacidad, el informe decreta que “nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, en la de su familia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”.

En este punto, Chavero diferencia 3 esferas jurídicamente distintas: lo público, lo privado y lo  íntimo.

La experta en comunicación destaca el caso de Edward Snowden que hizo pública información reservada:“En ese sentido, no se puede limitar la investigación y difusión en términos democráticos. Es probable que a algunos gobiernos o mandatarios no les interese tal nivel de libertad. El acceso a la información significa conocimiento y empoderamiento ciudadano”, dijo.

Por lo mismo, la seguridad y defensa de la privacidad de las personas no debe terminar restringiendo de manera arbitraria el derecho a la libertad de expresión.

La CIDH  aclara: “las leyes de privacidad no deben inhibir ni restringir la investigación y difusión de información de interés público”.

“Cualquier contenido, aplicación o servicio legal por medio de internet no debe estar condicionado, direccionado o restringido por medio de bloqueo, filtración o interferencia”, se lee en el informe.

La neutralidad, unida a la privacidad, es el principio básico para ejercer la libertad de expresión a la hora de navegar por la web.

En caso de dañar la honra de una persona en internet por publicar información falsa se debe reparar el daño. Y dependiendo de la gravedad se puede acudir a instancias legales.

Un caso muy común es internet es observar cómo se aseguran muertes o escándalos de personalidades, sin confirmar las fuentes.