El doctor en Ciencias de la Información Guillermo Mastrini llegó desde su país, Argentina, para brindar una ponencia en relación con los medios de comunicación y su regulación en América del Sur, durante el evento  por el primer aniversario de laSuperintendencia de Información y Comunicación (Supercom).

El catedrático evalúa varios aspectos, entre ellos la regulación de los contenidos de los medios de comunicación.    

¿Cómo analiza la aplicación de la Ley de Comunicación en Ecuador?
Diría que hay aspectos positivos de esta ley orgánica, como la ampliación de derechos y la generación de un derecho a la comunicación. También hay otros aspectos que todavía faltan ser promovidos, como por ejemplo el fomento de una mayor producción nacional. Pero el reconocimiento de la diversidad absoluta en un país tan pluricultural como es Ecuador, que todas esas culturas sean representadas en los medios de comunicación, creo que llevará un tiempo lo cual es lógico, pero hay que marcar que hay desafíos pendientes.

La exrelatora especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, señaló hace poco que la Ley de Comunicación de Ecuador es excesivamente restrictiva. ¿Cuál es su opinión?
Respeto mucho el trabajo de Catalina Botero. Creo que ha hecho un gran trabajo en la Relatoría de Libertad de Expresión y en esencia en el caso ecuatoriano ella ha observado una parte de la ley, que tiene contradicciones con el discurso de libertad de expresión. Existe una excesiva injerencia del Estado en algún tipo de contenidos de los medios, siendo esto de preocupación para Catalina. Creo que hizo más hincapié en eso que en los derechos que también ha generado la ley. Son cuestiones que desde su función de promover los aspectos más críticos ella tenía que dar a conocer.

¿Cree que este criterio sea de alarma para el resto de la región latinoamericana?
Creo que el trabajo de ella era observar eso y no veo que se haya generado una alarma. Lo que sí creo es que el sistema de medios debe ser promovido en su mayor diversidad posible.  

¿Considera qué falta aplicar una regulación a los contenidos de los medios?
No soy partidario del control fuerte de contenidos en materia de medios de comunicación, pero sí creo en las responsabilidades ulteriores, en los casos donde haya agravios al honor de las personas porque hay que tratar de generar los mayores ámbitos de libertad, siempre y cuando ésta sea para todos. Antes el problema histórico era que la libertad de prensa solo la ejercían algunos y la idea de los cambios regulatorios, de ampliar la diversidad de voces, es algo sumamente positivo. Pero no haría hincapié en el control de contenidos, que me parece que son las cuestiones a veces más preocupantes y a eso se refería Catalina Botero.

Existe un estudio de Ciespal que afirma que la censura previa proviene de los dueños de los medios de comunicación. De su experiencia, ¿corrobora esto?
Bueno, los medios se guían por los medios comerciales y ellos promueven las informaciones que no contradicen y no cuestionan sus lógicas económicas. Creo que a partir de esa situación hay temas que no tuvieron la importancia que debían tener. De todas formas hay que decir que no hay que reemplazar una cosa con otra, hay que decir que es importante la promoción de nuevas voces que equilibren y que revelen aquellos temas que los medios privados y comerciales no quieran tratar.

¿Cuáles son los países que tienen mayor trascendencia en políticas de comunicación?
Creo que Argentina, Venezuela y Ecuador han abordado aspectos fundamentales. Estamos en un proceso. No se puede decir que hubo una sola política de comunicación de los gobiernos progresistas, sino que cada política estuvo enmarcada en su contexto regional. Existe una cosa en común: se ha promovido una discusión social en torno al rol de los medios de comunicación dentro de nuestras sociedades.