Un reporte de la ONU señala que “el embarazo a temprana edad es el resultado de la ausencia de poder y decisión de una niña”. Es decir, entre las causas para este fenómeno en la mayoría de países de América Latina están la pobreza generalizada, la aceptación del matrimonio infantil en las comunidades y los esfuerzos inadecuados para mantener a las niñas en las escuelas.    

En la mayoría de los países, señala el informe, la educación reduce la posibilidad del matrimonio infantil y la maternidad a temprana edad. Esto lo corrobora la ministra de Salud, Carina Vance, en entrevista con EL TELÉGRAFO: “Mientras más años de escolaridad, mayor concordancia hay entre el número de embarazos que una mujer desea y el número de embarazos que tiene”. Para Vance el acceso a la educación es fundamental en la lucha contra los embarazos precoces.

Actualmente la tasa de fecundidad en niñas de 10 a 14 años es de 2,79 por cada 1.000 menores. En 2008, la tasa era más alta, se ubicaba en 10,6 por cada 1.000 niñas.

Entre los jóvenes de 15 y 19 años la tasa de fecundidad tuvo una reducción aún mayor. Fue del 6,8% en 2013, con respecto al 2008.

La lucha contra el sida es otro de los frentes que se combate con la prevención. El tamizaje de los casos y el diagnóstico oportuno son las principales herramientas del MSP. Además se realiza un tratamiento con asesoramiento y consejería para impedir que más personas se infecten. Una de las metas planteadas es que haya cero nacidos infectados por VIH.  

En Ecuador, el número de pacientes diagnosticados es menor en los últimos 6 años siguiendo la tendencia de América Latina que reportó solo 2,1 millones de nuevos casos este año. En 2008 se registraron 2.592 casos de VIH en el país en personas de 20 a 49 años. En 2013 la cifra se redujo a 963.