La necesidad de repensar el modelo interamericano, “sin el peso  desequilibrante de la visión anglosajona”, mediante la consolidación de un organismo que se ajuste a los requerimientos de la región y que reemplace al Organismo de Estados Americanos (OEA),  fue el planteamiento que el  presidente Rafael Correa trasladó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), reunida ayer en Caracas (Venezuela).

Los mandatarios de  América Latina y el Caribe inauguraron ayer la  cumbre  que busca conformar  de manera oficial el nuevo bloque regional, sin Estados Unidos ni Canadá, a fin de trabajar en políticas más ajustadas a las necesidades y condiciones de la región. La Celac, cuya convención concluye hoy, tiene previsto analizar los estatutos  que regirán a sus 33 países miembros.

La cita, que se realiza en el céntrico teatro Teresa Carreño, de Caracas, fue abierta en la tarde por el presidente mexicano, Felipe Calderón. “Me alegra que nos hayamos reunido para trabajar en favor de la unidad y la prosperidad de esta región”, declaró Calderón, en cuyo país se acordó en 2010 crear la Celac.

Calderón llamó a incentivar el “intercambio seguro y fluido” de los bienes, de los servicios y de las personas en el continente, y pidió la unión “para acabar con la pobreza y la desigualdad en un mundo marcado por la inequidad”.
Los mandatarios fueron invitados por el presidente venezolano, Hugo Chávez, que dio la bienvenida a los  gobernantes y para quien la cita, aplazada en julio cuando se le diagnosticó un cáncer, supone su retorno a la escena internacional.

Para Chávez, “la OEA es lo viejo, un espacio que fue manipulado, dominado por Estados Unidos”, mientras que la Celac “nace con un espíritu nuevo, como un arma de integración política, económica y social”.
“La Celac debe ser una unión política y sobre esa unión vamos a construir un gran polo de poder del siglo XXI”, aseguró Chávez, constatando el auge económico de la región ante la grave crisis financiera en la que están sumidos Europa y Estados Unidos.

Correa en Caracas

El gobernante ecuatoriano, Rafael Correa,  antes de acudir a la cita,  participó de un encuentro con la comunidad ecuatoriana en Caracas, en compañía de  la ministra de Justicia, Johana Pesántez; el ministro de Defensa, Javier Ponce; y los asambleístas Vethowen Chica, Sheznarda Fernández y Eduardo Zambrano, además del canciller Ricardo Patiño, también convocado por la Celac.

Allí el presidente Correa les comentó  sobre los cambios registrados en el país: reducción de  los índices de pobreza, ampliación de la cobertura en servicios como salud y educación, reconstrucción vial y, fundamentalmente, el respeto a los derechos humanos.

El gobernante cuestionó que los problemas de América Latina tengan que exponerse en Washington (EE.UU.), tal como ocurrió en octubre pasado, cuando un grupo de periodistas denunció al Gobierno por presuntas violaciones a la libertad de expresión ante la Convencion Interamericana de Derechos Humanos  (CIDH), un organismo no reconocido por el Gobierno estadounidense.

Correa ha reiterado que la Celac es una oportunidad para que la OEA, creada  en 1948 a instancias de Washington, sea sustituida progresivamente, ya que el nuevo mecanismo integrador excluye a Estados Unidos y Canadá. Por ello, a su juicio, la Celac estaría en condiciones de defender  mejor los intereses de América Latina y el Caribe.

A la cita asisten los mandatarios de Cuba, Raúl Castro; Paraguay, Fernando Lugo; Ecuador, Rafael Correa; Panamá, Ricardo Martinelli; Honduras, Porfirio Lobo; Nicaragua, Daniel Ortega; y México, Felipe Calderón; así como la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar. 

También están las presidentas de Argentina, Cristina Fernández; y Brasil, Dilma Rousseff; y sus colegas de Bolivia, Evo Morales; Uruguay, José Mujica; Guatemala, Álvaro Colom; y Surinam, Desiré Delano.
Los ausentes fueron el presidente peruano, Ollanta Humala; la presidenta costarricense, Laura Chinchilla; y el mandatario salvadoreño, Mauricio Funes.