La CAN visualiza otra perspectiva al problema de las drogas en la región
En el concierto internacional es cada vez más frecuente encontrar coincidencias respecto a la importancia del debate sobre la problemática de las drogas. Entendemos este problema como global y mundial. Global en la medida que es indesligable su complejidad de producción, tráfico, distribución y consumo, conllevando un número significativo de distintas drogas legales e ilegales y dentro de estas últimas, unas consideradas blandas o poco adictivas y otras duras o más adictivas.
Ello, además de formas diversas de delitos conexos como la corrupción y el lavado de activos. El problema es también mundial porque atañe a la humanidad entera, en distintas dimensiones y responsabilidades.
En este marco, la Comunidad Andina promueve la búsqueda de consensos respecto a enfoques e implementación de políticas integrales de lucha contra el narcotráfico, en el convencimiento de que sí puede reducirse de manera importante el tráfico de sustancias que se desvían al narcotráfico si se actúa adecuadamente en los eslabones de la cadena de producción, tráfico y distribución.
Con este enfoque global y sin perder las conexiones de la cadena, consideramos que una estrategia urgente en la lucha contra el problema mundial de las drogas requiere incidir de manera contundente en el consumo de drogas como un problema de salud, cultura y educación pública. Pese a que la demanda sigue siendo un factor situado especialmente en terceros países y de mayor desarrollo, la problemática no nos es ajena. Hoy en nuestros países se registra un creciente consumo de diversas drogas, entre las que se destacan las drogas sintéticas como las llamadas éxtasis o metanfetaminas.
Como respuesta, los países andinos estamos encarando un programa para potenciar la fortaleza de familias, pues ello contribuye a reducir el consumo de estupefacientes, fenómeno que, como mencionamos, lamentablemente muestra signos crecientes en nuestra sociedad. Se requieren, por tanto, políticas específicas de salud y educación que tiendan a hacer posible garantizar una vida buena y libre de drogas a todos los ciudadanos andinos y del mundo.
Nuestra propuesta institucional busca coordinar acciones entre los países miembros para disminuir la oferta de insumos y precursores químicos y bloquear las rutas utilizadas por los narcotraficantes para el transporte de las droga. También se apoya la ejecución de acciones conjuntas orientadas tanto a romper sus vías de financiación, como de inteligencia en las redes de narcotráfico con medidas que se anticipen a sus operaciones delictivas.
En este intento se debe y tiene que involucrar a todos los sectores de la sociedad. No es tiempo de la apatía sino de la acción para afrontar con energía, en su raíz y en sus distintos eslabones el flagelo del narcotráfico que es capaz de corromper y trastocar valores que atentan tanto a la seguridad ciudadana como a la vida en democracia.
Actualmente la CAN viene ejecutando el proyecto Programa Anti- Drogas Ilícitas de la Comunidad Andina (PRADICAN), que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y que contempla entre sus actividades la generación de información científica sobre la problemática de las drogas, el mejoramiento del control de precursores químicos, la optimización de la capacidad de análisis en los laboratorios de drogas incautadas y la promoción del desarrollo económico alternativo y sostenible, incluyendo el preventivo.
Por primera vez Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú cuentan con un programa de armonización que les permitirá contar con un Sistema Andino de Información sobre Drogas, es decir, podrán compartir y comparar información estadística sobre la producción, tráfico, consumo de drogas y sobre las actividades de desarrollo alternativo que realiza cada uno de los gobiernos en el marco de sus políticas y estrategias anti – drogas.
Además, se viene desarrollando el Segundo Estudio Epidemiológico en Población Universitaria y junto a la OPS se está implementando el Programa “Familias Fuertes” para prevenir el consumo de drogas en adolescentes de 10 a 14 años.
Otra de las actividades que se realizan es la capacitación en sistemas de clasificación internacional y de diagnóstico que están recibiendo técnicos de instituciones de salud y de laboratorios nacionales de drogas.
También se desarrollan intercambios de experiencias entre las comunidades beneficiarias del desarrollo alternativo, integral sostenible, incluido el preventivo y representantes de los gobiernos; e intercambios de experiencias en materia de cooperación policial.
De esta manera, la Comunidad Andina aporta, dentro de su capacidad y responsabilidad específica, en la búsqueda de soluciones realistas y concretas al problema mundial de las drogas.