La aplanadora socialdemócrata reemplazó a la socialcristiana
El triunfo en las elecciones de 1988 del binomio Rodrigo Borja y Luis Parodi, candidatos de la Izquierda Democrática (ID), significó un giro en el manejo político del país, que durante cuatro años había sido gobernado por el derechista León Febres Cordero.
Previo a la campaña electoral la ID sufrió una crisis interna. Rodrigo Borja y Raúl Baca se enfrentaron por la candidatura presidencial. El partido resolvió el conflicto mediante una elección preliminar directa: Borja fue el escogido y Baca aceptó el resultado. Como consecuencia muchos oponentes de Borja se separaron y armaron nuevas tiendas políticas.
Nueve presidenciables, representando varias tendencias, entre los que se cuentan a Abdalá Bucaram, Sixto Durán Ballén, Jamil Mahuad, Frank Vargas, Carlos Julio Emanuel, corrieron en la primera vuelta electoral.
Algunos de estos candidatos aprovecharon coyunturas especiales, como el caso de Frank Vargas que explotaba una repentina popularidad luego del enfrentamiento con Febres Cordero.
Emanuel, en cambio, había sido gerente del Banco Central en el gobierno socialcristiano y ahora con el apoyo del FRA emprendía su lucha electoral.
En la final de la contienda, realizada el 8 de mayo, pesó el aspecto regional. El guayaquileño Bucaram ganó en todas las provincias de la Costa; y el quiteño Borja triunfó en las diez de la Sierra, además obtuvo 30 diputados, 15 prefectos y 8 alcaldes.
Estos sufragios marcaron también la primera vez de las mujeres en un proceso eleccionario: La participación de Teresa Minuche, binomio de Angel Duarte por Concentración de Fuerzas Populares.
Estos comicios se efectuaron a dos años desde el referendum de 1996, propuesto por Febres Cordero, y por el cual se le consultó a la ciudadanía si estaba de acuerdo con que los independientes puedan ser elegidos, sin estar afiliados a partido político. El 56% votó no.
CON TODOS LOS PODERES, LA ID HIZO TIBIOS CAMBIOS
Nunca antes un partido había tenido tanto poder: algunos de sus militantes y cercanos políticos ocuparon los puestos titulares en las cortes, entidades autónomas, alcaldías, prefecturas, congreso, etc., y con todo ello la izquierda democrática quedó en deuda con un verdadero cambio económico y social del país.