El primer día de 2014 el aeropuerto de Tababela, en Quito, tuvo mayor actividad debido al arribo y también salida de pasajeros a diferentes destinos, luego de pasar el feriado de fin de año, en la ciudad.

Luis Galárraga, vocero de Quiport, concesionaria de la nueva terminal, ratificó el aumento de las operaciones aeronáuticas.

El funcionario prefirió no dar cifras ya que esa información la maneja la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), sin embargo, se formaron colas en los counters de las aerolíneas que ofertan vuelos hacia la capital o desde esa urbe a otros destinos.

Este movimiento, de acuerdo con personas presentes en el nuevo aeródromo, habría ocasionado algunos problemas entre los pasajeros para desplazarse desde la infraestructura hacia la ciudad.

Fabián Terán, coordinador de la atención que prestan las cooperativas de taxis, confirmó que existieron dificultades, pero se pudieron resolver. A decir de Terán, debido al flujo de arribo de personas alrededor de las 16:00 y de las 22:00 se formaron filas de ciudadanos que esperaban por una unidad que los transportara.

Añadió que en no más de 20 minutos se pudo atender las demandas de movilización.

El conductor afirmó que según el contrato firmado por 5 años con Quiport, los transportistas asumieron el compromiso de que hubiese alrededor de 250 taxis atendiendo de manera continua, las 24 horas del día. A ello se añadirían unos 60 vehículos desplegados en el exaeropuerto.

De su lado, Galárraga sostuvo conocer que, por lo general, unos 120 automotores están de manera permanente en el aeropuerto, aparte de las unidades que se encuentran circulando. El funcionario de Quiport coincidió en que los problemas de transportación del miércoles pasado fueron puntuales.

Entre tanto, varios ciudadanos se quejaron telefónicamente y a través de las redes sociales sobre abusos en las tarifas de taxis en todo el Distrito durante la época de fiestas.

Raquel Espinoza, por ejemplo, sostuvo que durante la víspera de Navidad no consiguió abordar ninguna unidad que quisiera servirla con taxímetro.

Ella intentaba viajar desde el centro-norte de la ciudad a su domicilio ubicado en la urbanización Las Orquídeas (centro-oriente).

Afirmó que todos los conductores se ofrecían a atenderla, con la condición de que pagara cifras que no corresponden al precio normal de una carrera y sin el uso del aparato contador.

Esto se repitió en Guayaquil y en Cuenca donde los dueños de las unidades de alquiler cobraron mucho más del valor habitual por desplazamientos cuyos montos ya estaban definidos. En el puerto principal, la cooperativa Río Guayas aumentó inicialmente $1 a los traslados de sus pasajeros regulares. A las carreras cortas esta empresa les incrementó 50 centavos y a las más largas entre 2 y 3 dólares.

Una usuaria que se trasladó desde la Unidad Judicial de la ciudadela Valdivia, al sur de la ciudad, hasta el Mall de la misma zona, afirmó que le cobraron $2,50 cuando siempre ha cancelado $2.

Otra clienta de esa cooperativa que se traslada con regularidad desde La Atarazana (al norte de la urbe) hasta Villa Club en la vía a Samborondón tuvo que pagar hasta .$10, a pesar de que le cobraban $7.

En otro caso Adrián Contreras tomó un taxi particular en Puerto Azul (Vía a la Costa) para trasladarse a la Floresta (en el sur). Le tarifaron $15, cuando paga 6 dólares.

En la capital azuaya, los incrementos de carreras también fueron comunes. Un viaje desde la terminal terrestre hasta el sector de El Vergel que cuesta $2 aumentó a $3.

El presidente de la Unión de Taxistas del Azuay, Bolívar Sucozhañay, dijo no haber recibido ninguna denuncia por las alzas.