Grynspan: “Yasuní-ITT es una iniciativa ejemplar”
La propuesta del Gobierno ecuatoriano de mantener bajo tierra las reservas petroleras existentes en el Parque Nacional Yasuní, a cambio de recibir una contribución económica de la comunidad internacional para evitar emisiones de CO2 al ambiente, sigue en firme.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se encarga desde el 3 de agosto de 2010 de administrar los aportes comprometidos por gobiernos de distintas partes del mundo para cumplir con los objetivos trazados por las autoridades ecuatorianas.
Rebeca Grynspan, secretaria general adjunta de Naciones Unidas (ONU) y administradora asociada del PNUD, explica la situación actual de la iniciativa. Ella se encuentra de visita en nuestro país para recorrer hoy y mañana la reserva natural.
Han transcurrido dos años desde la suscripción del fideicomiso, ¿cuál es el estado actual?
Hemos avanzado mucho. Existe un compromiso por 60 millones de dólares, pero, además, se han establecido los mecanismos para receptar contribuciones individuales.
Se han desarrollado los reglamentos, las estructuras de gobernanza y también se ha sofisticado toda la investigación alrededor de esta iniciativa innovadora.
En diciembre de 2011, la jefa del equipo negociador, Ivonne Baki, anunció que se consiguieron 116’852.503 dólares para mantener el crudo en tierra, ¿por qué ahora se habla solo de 60 millones de dólares?
Los 116 millones de dólares son parte de los compromisos en firme, pero 60 millones ya están en caja.
Frente a este escenario, ¿el proyecto es sostenible?
La movilización de recursos ha sido lenta, pero es lógico porque fue en el marco de la crisis financiera internacional que se lanzó la propuesta. Sin embargo, ha despertado mucha ilusión y entusiasmo.
Además, no hay peor batalla que la que no se hace. Estamos en la dirección correcta y, como parte de la comunidad internacional que está comprometida, el PNUD ha participado en todas sus etapas.
¿Cuánto recibiría Ecuador por mantener el crudo bajo tierra?
Lo que plantea el fideicomiso es que Ecuador pone la mitad y el resto (3.500 millones de dólares) quienes quieren contribuir al proyecto.
¿Cuál será el destino de esos recursos?
El Gobierno ecuatoriano tiene previsto invertir en programas de desarrollo en la zona del Yasuní. En esa línea se plantea la conservación del parque a través del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, así como proyectos de reforestación, eficiencia energética, energía renovable, desarrollo social, ciencia y tecnología.
Toda inversión tiene un riesgo, ¿cómo se la piensa proteger?
Lo que se estableció en la firma del fideicomiso es que Ecuador, al no explotar los yacimientos petroleros Ishpingo, Tambococha y Tiputini, percibe las asignaciones para los proyectos de desarrollo. El único riesgo es que el Gobierno y el pueblo ecuatoriano soberanamente cambien de opinión. Si eso sucede, existen las garantías para devolver las contribuciones.
No obstante, este proyecto aporta tanto a la humanidad que la opción más inteligente es no explotar el petróleo. El presidente de la República, Rafael Correa, en múltiples ocasiones, ha señalado su desacuerdo con la creación de un fideicomiso, pues reclama la soberanía de este proyecto.
El PNUD solo es el administrador del fondo y apoyamos si el Gobierno del Ecuador nos lo pide. La propuesta es liderada bajo la total soberanía del Gobierno ecuatoriano que participa de las reuniones del comité del fideicomiso, en donde tiene la mayoría de la representación.
¿Doce años son suficientes para evitar la emisión de millones de toneladas métricas de C02 al ambiente?
Si los objetivos del programa se cumplen, no es que a los 12 años se va a explotar el crudo, sino que este quedaría bajo tierra y se habría interiorizado el proceso del Yasuní.
¿Qué expectativas tiene la comunidad internacional?
La iniciativa ha despertado el interés de muchos sectores de la ciudadanía global y de algunos gobiernos que han realizado sus contribuciones. Pero también hay entidades que todavía necesitan entender de qué se trata la propuesta, al ser un concepto nuevo el de las emisiones evitadas.
¿Falta difusión?
Se trabaja en eso.
¿Cuál es el límite de los aportes de la ciudadanía?
Los ecuatorianos pueden contribuir con sumas menores a 100 dólares a través de la Corporación Financiera Nacional (CFN) que les extiende un certificado.
¿Solo ciudadanos ecuatorianos han efectuado sus aportes?
No, también lo han hecho de otras naciones.
¿Estadounidenses?
En septiembre de 2011, durante una reunión con el presidente Correa, una ciudadana de origen estadounidense donó su salario de todo el año al Yasuní porque estaba muy entusiasmada con la idea. Este tipo de ayudas económicas se han receptado de todos lados.
La idea es generar una conciencia solidaria y de corresponsabilidad de la ciudadanía para mantener este bien global.
No me cansaré de felicitar la loable decisión del Gobierno, al demostrar un acto de responsabilidad con el Ecuador y con el resto de la humanidad. No hay nada de malo en esta iniciativa, sino todo lo contrario: es algo ejemplar.
¿Y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) se ha inmiscuido en el tema?
No, ni tampoco hay contribuciones de esa entidad.