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El Telégrafo

Éxitos y fracasos marcan el retorno de ecuatorianos

Éxitos y fracasos marcan el retorno de ecuatorianos
26 de diciembre de 2011 - 00:00

Quito.-

Aunque añoran Ecuador cuando viven en España, los emigrantes ecuatorianos que regresan a su país por la crisis, más de 10.000 hasta ahora, a menudo afrontan una experiencia agridulce, por las tensiones familiares y un futuro incierto.

Marisol Puga es una de ellos. Llegó a España a la edad de 17 años, embarazada, y trabajó durante once años de limpiadora, empleada doméstica, camarera, auxiliar administrativa y contable, hasta abandonar el país en 2011."La situación del trabajo era inestable, iba superándome la crisis económica y yo estaba casi sola con mis tres niños", afirmó.

Aunque añoraba su tierra, su regreso fue difícil, pues sus dos hijos mayores, de 11 y 7 años, volvieron a España con su abuela. "Mis hijos vinieron el año pasado, estuvieron ocho meses, pero no se adaptaron. Les asaltaron un día y cogieron un trauma, y echaban demasiado de menos a sus compañeros y profesores", relató.

Puga, hoy, empleada administrativa en una empresa de seguridad, se acogió al Plan de Retorno Voluntario, vigente desde 2008, por el cual el Gobierno español abona el subsidio de desempleo completo al migrante y éste renuncia a la tarjeta de residencia durante tres años.

Más de 10.000 ecuatorianos han vuelto a su país a través de esta iniciativa, de los más de medio millón que viven en España. Muchos emigraron debido a la crisis bancaria de finales de los 90 en su país, que terminó con los ahorros de muchas familias y coincidió con el boom económico español.

Ese esplendoroso auge económico se cortó en seco con la crisis en España, que comenzó en 2008 y que ha generado un desempleo de más del 21% de la población activa, casi cinco millones de parados.

"La expectativa es que regrese más gente porque la crisis económica no se supera a corto plazo y una familia migrante no tiene una red social que le pueda garantizar su vida allí (en Europa) por un tiempo largo", explicó a Efe Dora Aguirre, asambleísta en Ecuador por Europa, Asia y Oceanía, elegida por emigrantes.

Con ella coincide la consejera de Trabajo e Inmigración de la Embajada de España en Quito, María Dolores Fernández, quien cree que 2012 puede ser uno de los años donde haya más regresos, porque el plan de retorno "es una oportunidad", dada la situación en España.

Sin embargo, algunos ecuatorianos nunca recibieron esta prestación, por falta de información o de interés. Así, Vladimir Paspuel, presidente de la Asociación Rumiñahui, que agrupa a ecuatorianos en España, calculó en unos 17.000 el número real de personas que regresaron.

Paspuel consideró que la cifra es aún baja, porque los ecuatorianos con permiso de residencia o nacionalidad se cambian a otro Estado de Europa antes de volver a su país natal.

Jorge Baltasar, quien pasó trece años en España, es uno de los que regresó sin ayudas. "Me hicieron llenar unos formularios para lo del plan retorno, pero no me llamaron nunca", dijo Baltasar, quien con los 3.500 dólares que tenía ahorrados pagó la entrada de un taxi.

A sus 40 años considera su peripecia española "una pérdida de tiempo" tras trabajar de temporero en el campo, en la construcción, de camarero e incluso de "cazatalentos" en un prostíbulo. Ahora le apena que el tiempo haya borrado su pasado en Ecuador.

"Los amigos, el barrio, ya no es lo mismo. Todos están casados y tienen una vida hecha, y el mismo paisano piensa que no soy de aquí. Todo el rato tengo que ir identificándome", sentenció.

William Puga, hermano de Marisol, en cambio, regresó a Ecuador en 2008 después de tres años de haber trabajado en un supermercado y ver cumplidos sus sueños.

"Mi intención era ahorrar para la entrada de una casa y mandar dinero (a Ecuador), pues aquí se quedaron mi esposa e hijos", relató Puga, quien actualmente cuenta con una vivienda mejor y encadena trabajos temporales.

Sin embargo, no olvida la tristeza de la distancia: "Mi hijo menor, cuando me fui, tuvo una crisis tremenda. Siempre andaba agarrado a un retrato mío, le afectó mucho mi partida".

Son relatos que prueban que el retorno no es siempre fácil, a pesar de los programas de ambos países para facilitarlo.

"Mientras que un grupo se ha reinsertado laboralmente y está en condiciones normales, otros han vivido una situación calamitosa, están sin trabajo ni ingresos, regresaron con el plan de retorno y con unos 400 euros (524 dólares), nada más", alegó Paspuel.

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