Espadas de Alfaro y Montero reposarán en museo de Montecristi
Tras los actos conmemorativos por el centenario del asesinato del general Eloy Alfaro, una nueva divergencia surge entre el Gobierno Nacional y el Municipio de Guayaquil por la custodia de las espadas del líder de la Revolución Liberal y de su compañero de lucha Pedro J. Montero.
La ministra coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, indicó ayer que las espadas, al ser un bien patrimonial, son propiedad del Estado ecuatoriano y por tanto deben permanecer bajo su custodia.
La funcionaria hizo este pronunciamiento en referencia a las declaraciones del director de Cultura del Municipio de Guayaquil, Melvin Hoyos, quien consideró que el régimen debe devolver los sables al Museo del cabildo, ya que es su legítimo dueño.
Recordó que las espadas fueron donadas al Museo del puerto principal por Colombia Alfaro, hija del Viejo Luchador, en los años 60. Las piezas fueron robadas el 11 de agosto de 1983, cuando era presidente de la República, Osvaldo Hurtado.
“Las espadas siguen perteneciendo al Museo Municipal porque así lo quiso su hija y hay que hacer justicia entregándoselas a su legítimo dueño”, dijo Hoyos, tras aclarar que el Cabildo no ha realizado ninguna solicitud ni reclamo formal al respecto. Además, indicó que en este caso el Gobierno debe proceder de la misma forma como lo hizo cuando autoridades del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y del Ministerio de Patrimonio retiraron del Museo Municipal el monolito San Biritute para devolvérselo a sus legítimos dueños: los habitantes de la comuna Sacachún, en la provincia de Santa Elena.
“Ahora que aparecen las espadas, que tienen un legítimo dueño, que es el Museo Municipal, no dicen nada”, cuestionó el funcionario. “El Museo municipal es del pueblo de Guayaquil, no es del alcalde (Jaime) Nebot”, aclaró.
Ante esto, Hoyos exhortó a los guayaquileños a deponer posiciones políticas y que le “hagan abrir los ojos al señor Presidente para que no cometa un error del cual se puede arrepentir en el futuro” y devuelva las espaldas al museo porteño.
Piezas deben ser sometidas a un proceso de restauración
Sin embargo, la ministra de Patrimonio fue enfática al señalar que las espadas deben estar en el Mausoleo de Ciudad Alfaro, en Montecristi, en la provincia de Manabí, donde reposan desde el fin de semana, cuando fueron entregadas al Jefe de Estado, en un acto conmemorativo.
“Consideramos que el mejor lugar para que reposen estas espadas es el museo de Eloy Alfaro, además deben ser sometidas a un profundo proceso de restauración... ahí están a buen recaudo”, indicó Espinosa.
Esteban Delgado, director de la regional 5 del INPC, que abarca Guayas, Los Ríos, Santa Elena y Bolívar, coincide con la secretaria de Estado y mencionó que las espadas deben permanecer en Ciudad Alfaro ya que son un patrimonio cultural de la nación.
Sin embargo, Delgado consideró oportuno que el tema sea dialogado entre las autoridades del Municipio y del Gobierno a fin de llegar a un acuerdo, ya que se trata de una donación de la familia Alfaro al Museo Municipal, que es la depositaria de la custodia de estos bienes.
En un conversatorio con los medios de comunicación, Correa afirmó que el mejor lugar para las espadas es Montecristi y dijo que el pueblo de Guayaquil sabrá comprender el traspaso.
Las espadas, adornadas con piedras preciosas y empuñadoras de oro, fueron robadas en 1983 por subversivos del movimiento Alfaro Vive Carajo (AVC), el cual depuso las armas en 1991. Los mismos miembros de dicha agrupación las devolvieron el pasado sábado, pero poco se sabe sobre dónde y cómo permanecieron las piezas durante los 28 años, después del sonado robo.
Por ello, fueron sometidas a un peritaje por el INPC, que arrojó como resultado la autenticidad de los sables.