Tulcán.-

“Como el arquitecto de la escultura en verde”, será recordado Benigno Salvador Franco Carranco, quien falleció el viernes, a los 68 años, en su domicilio de Tulcán.

Él era considerado el heredero en el arte de podar cipreses, tal como lo hizo su padre, Azael Franco, hace décadas. Las figuras le dieron un toque especial al camposanto tulcaneño y le permitieron ser declarado en 1984 Patrimonio Cultural del Estado por el Instituto de Patrimonio Cultural. Además ostenta el título de ‘Sitio natural de interés turístico nacional’, otorgado por la Dirección Nacional de Turismo.

El sepelio de ‘Don Benigno’ se efectuó la mañana del domingo en medio de familiares, amigos y autoridades. Tras la misa, en la iglesia La Dolorosa, los restos fueron trasladados hasta el camposanto ‘Azael Franco’, fallecido en 1985 y cuya obra con los cipreses inició en 1936.

Para Bruno Narváez, pintor carchense, se va uno de los mejores artistas de la región tal como fue su padre. “El pueblo tulcaneño, carchense y la patria pierden a un gran hombre”, acotó.

Sonia Vaca, concejal de Tulcán, dijo que la provincia y el país están de luto porque uno de los autores de las esculturas es irremplazable para la provincia. Señaló que es una obligación preservar su trabajo y su legado.

Dentro del Concejo, sostuvo, se verá cuál es el mecanismo y quién es la persona a la que capacitó Franco en el arte de podar. “Dejó un legado muy hermoso a nivel nacional e internacional”, dijo.

Marianita Franco, hermana de ‘Don Benigno’, recordó que él nunca pidió vacaciones y se dedicó de lleno a su obra.

“Muchas personas pueden hacer lo mismo, pero ninguno como él por la entrega que puso”, aseguró. En 8 hectáreas del cementerio se distribuyen más de 200 figuras elaboradas con cipreses. El panteón está dividido en 2 partes, la primera denominada ‘Altar de Dios’, obra con la que inició su creador Azael Franco, y la segunda ‘Jardín de los Recuerdos’, a cargo de Lucio Reina, quien aprendió de Azael el arte de la poda.